Una vez al año hay escapada familiar a Madrid, algo que se ha vuelto tradición y que intentamos cuadrar con las Fiestas de la Verbena de la Paloma. Por entrañable y por saber unir los mundos de la tradición y lo actual sin que chirríe.
Así, el pasado año pudimos disfrutar del concierto de Virginia Maestro y casi, casi el de Hinds. Pero este fué una sopresa gigantesca, ya que el mismo día de pisar la capital me enteré que el miércoles había concierto de Australian Blonde y eso aceleró mi corazón a velocidad de crucero. Y es que recuerdo perfectamente mi última vez en directo de la banda, justamente en el FIB 2002, que a pesar de contar con The Cure o Radiohead, fué mi favorito (ex-aequo con unos casi principiantes Muse).
Llegamos al barrio de La Latina, concretamente a la Plaza de la Paja y entre picoteos varios y zarzuela de fondo, se hizo hora de los directos. Empezaban los míticos Vancouvers, a los que no tenía demasiado controlados (para mi desgracia, cosa que obviamente voy a solventar) que regresaban tras dos décadas de silencio y me emocionó que uno de sus líderes fuera el gran Juan Santaner, vaya mi admiración previa por delante. Con un indie-rock de la escuela Dinosaur Jr y con la melodía por bandera, demostraron con sus canciones y con la complicidad que desprenden Marta y Juan sobre las tablas que su regreso nos tiene que dar muchísimas alegrías.
Tras la aportación religiosa de La Pepa de Chamberí (que desde mi creencia inexistente intenté obviar), aparecieron sobre el escenario Australian Blonde y lo hicieron comiéndose el escenario a bocados y a base de temazos. Sonaron Cool Dive, Cosmic (que sonó absolutamente maravillosa), la más reciente en el tiempo You Kill Me; The Last One Standing de su disco conjunto con Steve Wynn; Sebastopol, para servidor uno de los momentos álgidos del concierto y antes de acabar, claro está, su Chup Chup, que sonó tan fresco y redondo como la primera vez.
Me quedé con las ganas de saludar a Fran y decirle que cada día que pasa le admiro más, pero espero que haya muchas más ocasiones, ya sea en su faceta en solitario o con la banda. Una verdera gozada ambos conciertos y en un escenario de excepción.