Confusión

Algunas personas, cuando están enfandados con ellos mismos, suelen, a la vez, enfadarse con las personas que más quieren.
Es algo natural, que sin ser normal, nos sucede a todos en algún momento.
Un sencillo error de interpretación, por qué tener confianza a veces supone abuso de la confianza y del cariño, un castigo inmerecido que todos alguna vez, hacemos. Un error básico que debemos aprender a corregir.
Culpamos de nuestra tristeza a esa persona que queremos.
Quizá si lo analizamos bien, podemos observar que cuando estamos abatidos, por millones de problemas que nos rodean, nuestra ira y desencanto es tan grande que nos quejamos. Y nos enfadamos con las personas con las que tenemos más confianza, a las que más queremos. Culpándolas de lo que nos sucede, como si ellas fueran las autoras de nuestros problemas, como si ellas fuesen las que nos los ocasionan.
Esto es lo que más nos deprime, por qué no llegamos a resolver los problemas, si no a aumentarlos, creando malestar entre los que tenían una buena convivencia.
Todos cometemos errores, todos hacemos cosas que hacen daño sin saberlo, pero lo importante es la intención, la buena intención de lo que hacemos. Cuando estamos cerca de una persona para escucharla y ayudarla, estamos teniendo una buena intención.
Una buena persona, no hace daño a propósito, quizá lo haga por qué utiliza la verdad y a veces la verdad, duele! Por qué no todos tenemos la misma fuerza para hacerle frente y superarla, a veces nos descubre quienes somos en realidad, eso puede que no lo aceptemos, al principio.
Lo más importante es AMAR y aprender a aceptar que somos como somos, seres imperfectos cuya meta puede ser crecer espiritualmente o por el contrario, permanecer en la inconsciencia.