Emmi Pikler nació en Viena, el 9 de enero de 1902 , hija de padres húngaros.
La madre fue maestra y su padre fue ebanista, un artesano de la madera.
Su infancia la vivió en Budapest y volvió a Viena, en los años veinte, para estudiar medicina y especializarse en Pediatría en el Hospital Universidad en la misma ciudad.
En Viena por aquella época existían corrientes culturales progresistas y de "educación materna": el Psicoanálisis (Sigmund Freud) y la Escuela Nueva (Freinet, Montessori, ... entre otros).
En el Hospital Universitario fue donde Emmi Pikler se familiarizó con bastantes de los principios que ella mima después pondría en práctica en Budapest.
Siendo pediatra, se especializó en traumatología y ortopedia infantil.
Cuando terminó sus estudios en Viena, durante dos años trabajó en Trieste (Italia), lugar donde conoció a su marido, un pedagogo progresista en cuyas ideas también apoyó su experienca profesional.
En Trieste la mayor parte de su tiempo lo pasaba en la playa, donde observaba el comportamiento de los niños y las niñas y la de los adultos con ellos y ellas.
Veía el amor con que los padres sentaban, ponían de pie o caminaban de la mano a sus hijos. Pero ella vio más allá, detrás de ese cariño que los padres depositaban en sus hijos e hijas, la prisa, la desconfianza, la falta de fe en las capacidades de iniciativa y acción de los propios niños y niñas.
Emmi Pikler regresó a Budapest para continuar trabajando como pediatra de familia, hasta 1946.
Al nacer su primera hija, encontró la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos relativos a no acelerar el desarrollo, respetar el ritmo natural, confiar en las iniciativas propias del niño y la niña facilitando el movimiento y su actividad autónoma.
No hay mucho conocimiento pero se sabe que Emmi Pikler tenía vínculo con el movimiento comunista húngaro y asistía a reuniones clandestinas en bosques alrededor de Budapest.
Como era de origen judío, sufrió las consecuencias como tantos otros miles de judíos, de vivir bajo un gobierno que fomentaba la hostilidad sistemática hacia los judíos.
Se promulga en Hungría, en 1938 una serie de leyes antijudías que impedían, por ejemplo, a los médicos judíos trabajar en hospitales.
Con estas leyes o sin ellas, Emmi Pikler desde 1935 a 1945 trabaja como pediatra de familia y lo hace de una forma distinta: trabaja con el niño y la niña y la familia sin necesidad de que exista enfermedad.
Ella confiaba en que el entorno y las condiciones de vida de los niños afectaban a la salud física.
Emmi Pikler lo que hace es invitar a las familias a que intervengan mucho menos y a observar mucho más a los niños y niñas e incluso a los bebés.
Cada semana se dirige a las casas de estas familias, observa al bebé cuando su madre está presente y habla con ella de los detalles, de lo que pasa todos los días.
Entre visita y visita, la mamá va anotando cada semana lo que va viendo en la evolución de su hijo o hija.
De esta forma, Emmi Pikler, durante más o menos 10 años, pudo verificar algunas de sus ideas, experimentarlas, enriquecerlas y elaborar un conjunto de principios coherentes.
Webgrafía: https://www.piklerloczy.org/