Y, además, son un ingrediente (casi) imprescindible en muchos platos, dulces y salados.
Pero es un alimento delicado, porque puede ser un vehículo para intoxicaciones como la de la salmonella; puesto que esta se transmite por las heces de las propias aves que están en contacto con la cáscara.
Para ayudarte a elegir los huevos de mejor calidad y conservarlos y manipularlos de la forma más segura, a continuación encontrarás información y consejos que pueden serte útiles.
Frescura
Para saber si un huevo está fresco, puedes ponerlo en agua con un poco de sal. Si se hunde, es fresco; si flota, no lo es. Esto es debido a que la cáscara es porosa, por lo que según van pasando los días, el agua contenida en el huevo sale y el aire entra por esos pequeños poros. A más cantidad de aire dentro del huevo, más días han pasado desde su puesta y más flotará en el agua. Sencillo.
También puedes saber si no es fresco porque despide olores extraños.
Otra forma de comprobar la frescura es fijarte en la yema. Si es consistente, está centrada y su forma es redonda y alta cuando se casca, han pasado pocos días desde que la gallina lo ha puesto. Las manchas rojas que a veces aparecen en la yema son perfectamente normales y no indican que el huevo no sea fresco o esté en malas condiciones.
La clara también te puede aportar pistas. Si el huevo es fresco, ésta será consistente y se diferenciarán dos zonas, con distintas densidades (nubes), aunque siempre sin llegar a ser líquida. Si está líquida, perdió la frescura hace ya varios días.
Fecha de consumo preferente
Se considera que es de 28 días desde la fecha de la puesta. Este plazo es el máximo en que el huevo se considera fresco.
Es importante tener en cuenta que este plazo puede disminuir si su conservación no ha sido adecuada (ha estado fuera de la nevera o ha experimentado variaciones bruscas de temperatura) o si la cáscara está rota.
Encontrarás la fecha de consumo preferente estampada en el propio huevo o en el envase en el que se comercializa.
¿Blanco o moreno?
Aunque hay quien dice que los huevos morenos son mejores y más ricos que los blancos, lo cierto es que son exactamente iguales. Tienen los mismos nutrientes y las mismas cualidades de sabor, textura y aroma.
El color de la cáscara depende de la genética de la gallina y no afecta a la calidad del huevo. De hecho, las gallinas que ponen huevos morenos, son más grandes y comen más, por lo que cuesta más mantenerlas y los huevos acaban siendo más caros. Y como son más caros, parece que son mejores, ni más, ni menos.
Ya sabes, para gustos los colores...
¿El tamaño importa?
En el mercado pueden encontrar huevos de diferentes tamaños: S (< 53 gr.), M (53-63 gr.), L (63-73 gr.) gr.) y XL (>73 gr.).
Si te estás preguntando si en este caso los más grandes son los mejores, debes saber que no lo son. Los huevos más grandes están puestos por las gallinas más mayores y, aunque su tamaño es grande, su cáscara es fina, por lo que se conservan peor. Y no te despistes, no son más caros porque sean mejores, sino porque las gallinas de más edad ponen menos huevos, pero comen más y les cuesta más a los productores.
Los huevos más pequeños proceden de gallinas jóvenes y es frecuente que contengan dos yemas.
Los expertos aseguran que los mejores son los de tamaño M y L, que proceden de gallinas que están en su mejor momento.
Hablando de números
Si te fijas, en el código que está impreso en el huevo, hay varios números y letras. El primero es uno de los más importantes, porque indica el sistema de producción del huevo. Puedes encontrar 4 números: 0, 1, 2 y 3.
0: indica que es de producción ecológica. Las gallinas salen al aire libre, duermen en perchas en gallineros, tienen nidos para las puestas y se alimentan con productos de agricultura ecológica; en resumidas cuentas, viven como si las cuidases tú en tu finca o tu pequeña explotación familiar. El plus: que la producción está regulada de tal forma que se acredita la producción ecológica.
1: indica que se trata de huevos de gallinas camperas. Igual en el caso del número 0, pero sin cumplir la normativa de regulación ecológica.
2: indica que las gallinas se crían en el suelo. Las gallinas están en un recinto interior, en el que se pueden mover con cierta libertad. Se les ponen perchas para que puedan dormir y también les permiten tener nidos.
3: indica que las gallinas se crían en jaulas. Las gallinas están en alojadas en jaulas verticales y disponen de un espacio mínimo para moverse.
Este número va seguido de dos letras, que corresponden al país productor. Tras las letras van otros números que indican el código de provincia, el municipio y la granja productora.
Si el huevo no tiene código, es que no ha pasado por ningún tipo de control, así que deberías evitar comprarlo.
La conservación
Conserva los huevos en la nevera, salvo que los vayas a consumir enseguida. Lo ideal es que estén a una temperatura entre 1º y 10º C, evitando la congelación y los cambios bruscos de temperatura.
En el súper los encontrarás sin refrigerar para evitar los cambios bruscos de temperatura que no son buenos para la conservación de los huevos.
Puedes congelar los huevos, siempre sin cáscara. Puedes conservar en el congelador claras y yemas por separado o juntas (batidas).
Los huevos cocidos puedes conservarlos en el frigorífico hasta 1 semana después de su cocción.
Evita conservar los huevos en el exterior
Lavar o no lavar...
El huevo no se debe lavar antes de guardarlos en la nevera, porque si hay una zona contaminada puede extenderse por el resto de la cáscara, a otros huevos o a otras zonas del lugar en el que se lave.
Pero sí se deben lavar justo antes de usarlos.
Otros consejos
Elige huevos que no tengan la cáscara manchada.
Si puedes, abre el envase para comprobar que no hay ningún huevo roto o con fisuras.
Guarda los huevos en una zona separada de la nevera en la que no puedan contaminar otros alimentos. Si tiene la zona de huevera, utilízala, sino, puedes emplear el mismo envase en el que los has comprado o utilizar un tupperware.
No casques los huevos en el mismo recipiente en el que los vayas a batir, porque puedes contaminarlo con las bacterias que haya en la cáscara.
Cuando vayas a batir varios huevos, vete cascándolos de forma individual y echándolos después en un bol; así podrás comprobar el estado de cada uno y, en caso de que alguno esté en malas condiciones, podrás retirarlo sin tener que tirar el resto.
No separes la yema de la clara con la propia cáscara, porque puedes contaminar el huevo.
Una vez cascado el huevo, debes consumirlo rápidamente, porque se puede contaminar fácilmente.
Cocina bien el huevo, procurando que durante la cocción se alcancen los 70º-75º C, para eliminar las bacterias que puedan tener.
No dejes nunca a temperatura ambiente huevos ya cascados o productos que los contengan como mayonesas, natillas, cremas, etc.
La única información que no te puedo facilitar es si fue antes el huevo o la gallina...
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La primera vez que apareció el post Consejos para Elegir y Conservar los Huevos de Gallina fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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