Revista Cultura y Ocio

Contador inteligente, consumidor tonto

Publicado el 03 octubre 2015 por Icastico

A veces fantaseo con una matanza de texas a la madrileña (nueva receta). Descuartizo a rajoy, el presidente “plasmao”, a soria, un falso de ley, a fernández de la concertina y señor de todas las vírgenes, a la báñez, desempleo de calidad, a la víbora soraya, una choni que disfruta mordiendo, al pobre hernando, tonto del micro, o a cualquier otro tarugo o taruga de esa tribu con una sierra eléctrica (con una de gasolina me asfixiaría y haría un barullo del copón). Sin olvidarme de los polluelos de gaviota; con frecuencia los “neos”, por aquello de hacer méritos, son más jevis que el más temible de sus padres ideológicos. Obviamente todos los robamases de las électricas, consentidores, muñidores y habitantes de puertas giratorias con independencia de su color político están en mi lista carnicera, pero no los tengo tan fichaos porque no salen tras los plasmas diciendo un plato es un plato.

Pues en el sueño mismamente, y antes de empezar la escabechina, no puedo olvidarme de consultar la página web de Red Eléctrica Española (REE) y ver qué hora es más barata para enchufar la sierra y evitarle un susto a mi recibo. Conste que lo del ahorro es un cuento chino (siguen pensando que somos tontos), pero por si las flies. De madrugada, entre la 1 y las 6 de la mañana, así a lo grueso, y fines de semana es más barata la luz. ¡Hala!, cuando está to cristo durmiendo va uno y enciende todos los artefactos, ¿es esto sano para la higiene mental? Sin bienestar humano ¿se puede hablar de desarrollo sostenible o protección al medio ambiente, imbéciles? Qué se le va a hacer. Si me escuchan los vecinos en pleno trajín y alguno protesta ya le diré que estoy preparando una cena familiar para mañana y despiezando, para tal fin, un cerdo que se me está resistiendo.

Entra en vigor el timo del contador inteligente, con año y medio de retraso y en plena orgía de la confusión, que es el río revuelto de la pillería de lujo. Fíjate que entre los usuarios a los que no se les va a aplicar por ahora la nueva tarifa está el propio ministro de industria, al que “todavía no” le han instalado el nuevo contador. Mira, miraa, me está entrando un coraje que voy a cambiar la sierra por el sexo eléctrico, le ato un cable al huevo y otro en puntalnabo y lo frío, aunque deje olor en la casa.

Eso, que los usuarios podrán saber con antelación en qué horas es más cara la luz e, incluso, conocer el precio exacto de la electricidad desde el día anterior a través de la citada web, aunque el tramo fijo (la potencia, lo que pago sin encender nada) es prácticamente la mitad del montante. Para entendernos, levantarse a las 4 de la madrugada para poner la lavadora o descuartizar a alguien puede suponer un ahorro de ¡1,8 céntimos de euro!, según los expertos. Desde la Facua dicen que “están intentando convertir al usuario en responsable cuando lo son las eléctricas y el Gobierno”. “El primero de los consejos es que, si vienen comerciales a casa o nos llaman para ofrecernos una tarifa mejor en el mercado libre, no lo aceptemos, porque es mentira. Los precios son más caros”, dice su portavoz.

En estos tiempos el contador es ‘inteligente’ y el tonto tú, nada del otro mundo, en eso consiste el progreso, en quedar a meced de las máquinas. Tú pagas y la empresa dispone ahora de datos de tu consumo a tiempo real. Fin de las facturas estimadas, fin de tu privacidad, que tiene otro enemigo más, nada del otro planeta tampoco. Con estos nuevos aparatos, las distribuidoras contarán con información inmediata del consumo de los hogares. A nivel europeo esta rapiña de datos no ha estado libre de polémica. En Holanda, el Senado paró su proliferación al concluir que la legalidad de estos aparatos era dudosa, ya que la lectura remota de los datos de consumo a intervalos de 15 minutos suponía una vulneración del derecho a la intimidad. De haber existido contadores inteligentes en 1944, a los nazis les hubiera resultado muy fácil descubrir la actividad en el anexo secreto que albergó a la familia de Anna Frank hasta su deportación.

Este tipo de lectura permite identificar patrones vitales – hora de acostarse, comer, etc. – así como tipos y marca de electrodomésticos utilizados y revelar qué hacen los miembros de una familia en la intimidad de sus hogares. Somos las cobayas impotentes de la evolución sin control. Poca cura tiene esta impotencia salvo el tradicional ajo y agua. Imaginemos el valor comercial de la información. Y el policíaco: podría descubrirse una plantación “doméstica” de marihuana por el elevado consumo eléctrico que genera. Vamos, que el negocio para las eléctricas es “redondo al cuadrado”, si se me permite este dislate, porque redondo ya era.

Más allá de los temas de privacidad, varias voces han apuntado a los problemas de seguridad. Las mafias de los datos ‘inteligentes’ y su utilización. El “electro-terrorismo”, digo; un intruso podría eliminar el suministro de infraestructuras clave o regiones enteras accediendo a una plataforma única que centralizara los consumos. Un ladrón podría hacer lo mismo con una vivienda particular. De hecho dos españoles (jooder, ¡qué buenos somos!) “hackearon” unos contadores inteligentes para demostrar que se puede causar un apagón en una calle, apagar o encender las luces de todo tu barrio de forma remota y hasta suplantar tu identidad (para que pagues la factura de ellos). Son algunas de las cositas que los ciberdelincuentes podrían hacer manipulando los de una marca muy extendida en España, a través de un contador intruso.

La banca, las eléctricas…los chorizos de cuello blanco y pata negra…siempre ganan.


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