Fuente: La Ventana, Portal informativo de la Casa de las Américas
Por Leannelis Cárdenas Díaz, estudiante de la Universidad de las Artes
Entre acordes y melodías sonoramente familiares para gran parte de los presentes que, con rostros de absoluto placer bailaban al compás de lo más tradicional de la música cubana, transcurrió la noche del miércoles 9 de marzo en la sala Che Guevara de nuestra Casa. Con la orquesta Miguel Failde como protagonista del encuentro, nuevamente se puso el nombre de nuestra música nacional muy en alto.
Las habituales palabras de presentación de María Elena Vinueza calificaron a la Failde como una orquesta “heredera de tradición” encargada de “mantener memoria y presente”. Terminadas sus palabras, dejó el escenario dispuesto para que aconteciera un verdadero acto de absoluto respeto y homenaje a la música cubana.
Con una excelente presencia escénica así como una interpretación envidiable, que combina juventud con calidad musical, la Failde inició el concierto con la interpretación del tan conocido danzón Las alturas de Simpson. Acompañándolos, amenizaron la escena y nos deleitaron con su elegante baile tres parejas danzoneras que llevaron a cabo su cometido de forma magistral. Seguidamente Ethiel Failde —flautista y director de la agrupación— reconoció lo relevante de este foro y su alegría por formar parte del evento.
Varias fueron las obras interpretadas a lo largo del concierto. Piezas emblemáticas de la música cubana como “La Mora” de Eliseo Grenet, “Mambo No 5” de Dámaso Pérez Prado y otras muchas pertenecientes a la creación contemporánea cubana como “Danzón Cha” de Josvanny Terri, compositor cienfueguero. Por su parte, el pianista cubano Alejandro Falcón resultó ser el invitado especial de la noche ya que, desde los inicios de la orquesta han realizado un trabajo conjunto explorando sonoridades jazzísticas en el universo de la música tradicional bailable. Este rasgo define la creación de la novel agrupación que destaca por manejar con efectividad los códigos más tradicionales de muestra música popular y, al tiempo, mostrar la evolución de los géneros con conceptos más contemporáneos.
Mientras más avanzaba la noche más subía la temperatura en la sala y más contagiosas resultaban las ganas de bailar. Obras antológicas de la música popular bailable de nuestro país como “Catalina” de la agrupación Irakere, o “Muévete” de la internacionalmente conocida orquesta Los Van Van hicieron levantarse de sus asientos a cada uno de los presentes, quienes al finalizar cada interpretación demostraban su agrado pidiendo a coro “otra”…. Finalmente culminó tan intensa jornada con un Popurrí de temas de los Van Van, dejándonos con la agradable y vital sonoridad de la música cubana.
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