Para seguir la polémica completa, lee en este orden:
1.- Elizabeth Badinter: las claves del debate, por Ileana Medina.
2.- Sobre feminismo y bebés, por María Berrozpe.
3.- Mujer vs. Madre, por Una mamá española en Alemania
4.- Unas respuestas... por María Berrozpe
5.- La maternidad: el conflicto y la culpa, por Ileana Medina.
6.- Respuesta a la polémica, por Una mamá española en Alemania.
7.- Segunda tanda de respuestas.
Por María Berrozpe*
Aquí van mis respuestas a las críticas recibidas desde el blog "Una mamá española en Alemania"
Sobre mi polémico “solo” en la frase: “El coito para nosotras sólo es el principio de una amplísima y larguísima experiencia sexual: la maternidad”. Me parece muy bien, puedes quitar el “sólo” a la frase. Para mi no pierde su significado. En este caso únicamente da énfasis al hecho de que es una parte de un todo. En cambio en la frase de mi amiga Pepa yo sí vi un cambio importante en el significado de la frase, ya que el “sólo” era claramente peyorativo: daba a entender que la mujer que ejerce exclusivamente de madre no está trabajando al mismo nivel de intensidad y esfuerzo que la que trabaja fuera de casa. Mi intención no es quitarle importancia al coito como parte de la vida sexual de los seres humanos, sino subrayar el hecho de que para nosotras es una parte de un todo.
Y esto me lleva a tu siguiente crítica sobre mi noción de la sexualidad femenina: tú no ves el parto como una experiencia sexual. Aquí creo que, precisamente, estás limitándote a la visión convencional de que el coito es el “todo” de la sexualidad porque asumes que, al hablar del parto como una “intensa experiencia sexual”, hablo de sentir lo mismo que en una relación sexual. Y nada más lejos de la realidad. Ciertamente hay mujeres que pueden vivir orgasmos “convencionales” durante el trabajo de parto, el expulsivo y la lactancia pero, por lo menos de momento, no es lo más común. Desde luego esa no es mi experiencia. Pero es que la única sensación sexual placentera no es el orgasmo. El parto y la lactancia tienen sus propias sensaciones, únicas y características, que no necesitan ser comparadas con el orgasmo derivado de una relación sexual. Tu misma dices que percibiste la “magia” del momento. Creo que me estas dando la razón. En cualquier caso, creo que lo que digo no es arriesgado ni mucho menos “poco formal”. Recurriendo al RAE, como tu bien haces, he visto que la definición de sexualidad es: Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo. Es evidente que el parto y la lactancia son características de nuestro sexo.
Sobre lo que yo considero una buena madre y lo contradictorio de mi posición al escribir que yo me considero mejor madre haciendo una cosa u otra pero no mejor madre que la que hace una cosa u otra. A ver si me puedo explicar más claramente. Yo puedo juzgar mi maternidad porque soy la que conoce mis circunstancias. En mis circunstancias yo tomo una serie de decisiones que como las baso en el conocimiento y en el amor que siento por mis hijos, puedo asumir que son acertadas. Pero yo no puedo juzgar las decisiones de otra mujer porque yo no conozco sus circunstancias, al menos no al mismo nivel que ella. Por eso los consejos son tan peligrosos: nadie conoce sus propias circunstancias mejor que uno mismo y los consejos que nos dan los demás sobre los más diversos temas cojearán siempre de ese pie. Esa es la razón de que a mí me guste dar información, no consejos. Pongo un ejemplo: Fulanita es una mamá con SIDA que vive en Barcelona. Tiene un sueldo bajito y le viene fatal gastar en comprar leche maternizada. Además anda liadísima y le resulta un engorro tener que andar esterilizando y preparando biberones. Fulanita sabe que existe un riesgo muy significativo de transmitir el virus a su bebé a través de la leche. Ahora dime cuando sería mejor madre: ¿dando de mamar o dando biberón??? Creo que la respuesta es obvia ¿no? Es muy fácil mirar desde fuera sin saberlo todo y decir: mira esta mujer, que comodona, dando bibe a su hijo cuando todos sabemos que lo mejor es la lactancia. Ya, pero lo que no sabemos todos son TODAS las circunstancias de Fulanita. ¿Me explico? Por eso yo no puedo decirte que si dando de mamar o durmiendo con mi hijo soy mejor madre que fulanita o menganita. Sólo que soy mejor madre que yo misma si no lo hiciera, porque soy YO y mis CIRCUNSTANCIAS. Espero que ahora me entiendas mejor.
Dices que los derechos de los niños tendrían que ir aparte de los derechos de la madre. Yo digo que el cumplimiento de los derechos del niño se convierte en responsabilidad de sus padres. En esta sociedad todos tenemos unos derechos y unas responsabilidades. Es natural y justo. Si tienes un hijo tienes que saber hacer frente a las responsabilidades que eso conlleva. Si no estas dispuesto a eso, no lo tengas. Nadie te obliga a ser padre/madre. Si tu maternidad/paternidad la ejerces con RESPONSABILIDAD entonces nada te puede hacer sentir culpable ni nadie te puede culpabilizar porque tu eres el único capacitado realmente para tomar las decisiones que has tomado respecto a tus hijos. No veo que se esté supeditando los derechos de la madre a los del niño. Repito, el cumplimiento de los derechos del niño es responsabilidad de sus padres y ellos son adultos libres con el derecho de decidir que responsabilidades quieren afrontar y, por lo tanto, decidir si quieren o no ser padres. Una vez que tienen un hijo, la OBLIGACIÓN de sus padres es hacer que se respeten y cumplan sus derechos.
Dices que en Alemania se ha hecho mal uso de nuestros argumentos. Evidentemente, según lo que explicas, tienes toda la razón pero no me parece justo que porque un grupo lo haya hecho mal tengamos que replegar velas y conformarnos con la situación actual en España que, vista por el otro lado, es tan mala como la Alemana. Se trata, no de repetir los errores alemanes, si no de aprovechar lo que enseñan para llegar al verdadero objetivo: que todas/os nos sintamos apoyadas/os a la hora de ejercer la maternidad/paternidad que hemos elegido. Que la madre que quiera dejar a su hijo en la guardería tenga su plaza subvencionada y de calidad, y la que no, que reciba la compensación económica acorde con el gasto que le está ahorrando al Estado.
Una cosa si que creo: Una madre tiene la OBLIGACIÓN de ser la madre que su hijo necesita (al igual que el padre tiene la obligación de ser el padre que su hijo necesita). Pero para ser esa madre tienes muchos caminos: puedes dejar de trabajar dos años y estar sólo con él si eso te hace feliz y así lo disfruta tu bebé, o puedes dejar de trabajar 6 meses para mandarlo después a una guardería mientras tu vuelves a tu trabajo, que te entusiasma y te llena de vida y te hace mejor persona y más feliz. Una persona feliz de la que tu hijo también se beneficiará, sin duda. Si quieres a tu hijo sabrás tomar las decisiones correctas para darle lo que necesita y compaginarlo lo mejor posible con tus propios deseos. Si no estabas dispuesta a cambiar tus prioridades y partes de tu vida por tu hijo entonces, repito, no lo tengas. Nadie te obliga a tenerlo.
Y por supuesto que pongo énfasis en las necesidades del niño. No entiendo tu pregunta: "¿A nadie se le ocurre pensar que la abandonada ahí también es la madre? ¿Que no le queda otra que dejar a su hijo en la guardería/encerrarse en casa/no tener hijos?" ¿Quien está aquí abandonando a la madre? La mujer es una persona adulta libre de ser madre o no serlo. Aquí el desprotegido es el niño, que no ha pedido venir pero lo han traído. Y por más vueltas que le doy no entiendo la segunda pregunta, lo siento.
Y sobre este párrafo: "Lo primero que quiero puntualizar, es que el método “tú sabrás/allá tú” utilizando al bebé como arma arrojadiza, me parece bastante ruin. No sé qué se pretende con esto, si no es que una madre se sienta culpabilizada (que no necesariamente culpable) y de una manera bastante rastrera: apelando a su amor por sus hijos. Y luego lavarse las manos, en plan “yo no he dicho que tú le abandones, pero él se siente así, tú sabrás por qué te afecta que te lo diga”, es poco honesto."
No entiendo porque crees que utilizo al bebé como arma arrojadiza. Como si esto fuera una discusión de donde va a salir un ganador. Me acusas de ser ruin (desde el anonimato y sin ni siquiera conocerme) simplemente porque expongo una situación desde el punto de vista del bebé. Bueno, en este caso somos muchos ruines por el mundo porque esta visión no es originalmente mía sino de muchos estudiosos y especialistas como Gehard, Bergman, Odent, Gutman o González. Si exponer la realidad, o al menos esta cara de la realidad, nos hace ruines…. Pues prefiero ser “ruina”, por eso de que “en el país de los injustos el justo está en la cárcel”. A mí me parece que en realidad es todo lo contrario: lo ruin, rastrero y deshonesto es cerrar los ojos por miedo a ver y enfrentarnos a nuestros propios errores y tener que ponerles solución. Y si no piensas que estás cometiendo un error, entonces no necesitas cerrar los ojos ni llamar ruin, rastrero o deshonesto a nadie. Y no me estoy lavando las manos. Sólo expongo la situación. A ver si de nuevo me puedo explicar mejor. Utilizaré como ejemplo mi experiencia de hace dos noches:
Son las 5 de la madrugada. Yo estoy con 40 de fiebre (no exagero 40.1 para ser exactos). Casi ni me puedo incorporar para tomarme el antibiótico porque me encuentro fatal. Mi hijo pequeño se despierta y decide que es el momento de pasearse por la casa, que no tiene sueño. Intento meterlo en nuestra cama pero “no hay tu tía”, el quiere marcha. Y yo no estoy como para levantarme con él para seguirlo por el pasillo de aquí para allí, así que lo vuelvo a meter en su cuna. Se pone hecho un basilisco. Lloros y gritos durante lo que a mí me parece una eternidad. Según su punto de vista yo le he abandonado en su cuna cuando lo que él quiere es estar jugando conmigo en el salón o en la habitación de sus hermanos. El no entiende que son las 5 de la mañana y que además hoy existe el agravante de que estoy enferma. Seguro que sus niveles de cortisol están por las nubes pero, ¿me siento culpable? NO. Triste sí, claro, porque me duele verlo llorar. Pero culpable no. Yo no puedo hacer nada más. De nuevo vuelvo a mis CIRCUNSTANCIAS que son las que determinan mi decisión. Mis vecinos tal vez creyeron que estaba aplicando el método Ferver a mi hijo y pensaron :”Que mala madre”. Si al día siguiente me hubieran comentado, con esa expresión tan “Suiza” que tienen los Suizos para decirte algo que les ha molestado, que vaya noche pasó el pobre niño ¿me hubiera sentido yo más culpable? Pues no. Yo soy la única aquí que tenía que tomar una decisión y como no dudo ni de mi amor por mi hijo ni de mi capacidad para tomar la decisión correcta no tengo el mínimo sentimiento de culpabilidad.
Y para acabar, que me muero de sueño y todavía no estoy bien del todo, soy la primera en reconocer y agradecer a las feministas su labor a lo largo de la historia (De hecho creo que es lo primero que reconozco en mi primer artículo “Sobre feminismo y bebés”). No estaríamos donde estamos si no fuera por ellas. Pero eso no quita que, precisamente porque ya no estamos donde estábamos cuando ellas luchaban por sus reivindicaciones, ha llegado el momento de seguir hacia adelante y reivindicar nuestras nuevas necesidades, que no son más que las necesidades de siempre de libertad, apoyo y respeto para vivir nuestra naturaleza humana y femenina tal y como ellos pueden vivir su naturaleza humana y masculina.
*María Berrozpe es mamá de tres niños residente en Suiza, doctora en Ciencias Biológicas y monitora de La Liga de La Leche.