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Contracrónica Venecia 2012: ¿Orizzontis cercanos?

Publicado el 07 septiembre 2012 por Fimin

07 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2012, Crítica Twittear contracronica-venecia-2012-orizzontis-cercanos

A lo largo de la última semana hemos ido ofreciendo información detallada sobre todos los títulos que iban desfilando por una sección oficial, que, lamentablemente, ha deparado mucho ruido pero pocas nueces.Más de lo mismo perom peor, podríamos decir de una decepcionante sección Orizzonti a la que también le hemos dedicado su debido tiempo en pantalla pero no así en nuestro blog, ya que probablemente sea la sección que más perjudicada se ha visto por la ausencia de Marco Müller. ¿Orizzontis cercanos?

Así es, lo que una vez fue refugio de insobornables y radicales miradas parece haberse convertido este año en un mero nicho de mediocridad aglutinando propuestas cuyo valor añadido se reduce a pequeños e insignificantes detalles (en el caso de que los tengan). Pocos son los títulos que puedo salvar de todos aquellos que han pasado ante mis ojos, muchos son, en cambio, a los que he dedicado más tiempo y esfuerzo del que debiera, visto lo poco que me han aportado a pesar de seguir muchos de ellos una misma e interesante línea temática como lo puede ser el retrato de la infancia y sus traumas. Y sí, entre niños anda el juego...otra cosa bien diferente es ya, que entremos en él.

Empezamos con las malas noticias, y éstas no son otras que las que nos deparan las "Bellas Mariposas" de Salvatore Mereu, una grotesca mirada a un suburbio de Cerdenya que tiene la desfachatez de utilizar a su joven portagonista, una niña con no más de 12-13 años, como guía, narradora que mira a cámara y autoconsciente catalizadora de un tétrico paisaje protagonizado por un hermano menor que se pincha, un hermano mayor que 'la tiene muy grande' o un padre de familia que eyacula sobre una niña tras masturbarle ésta. Y lo hace con un film supuestamente original, cuyo atrevimiento y arrojo, lamentablemente no tarda ni diez minutos en transformarse en una monumental oda al mal gusto. 

Contracrónica Venecia 2012: ¿Orizzontis cercanos?

Pero mejor, construyamos y no destrocemos. Para ello, que mejor que empezar por la propuesta más estimulante acontecida fuera de seccion oficial. Son los "Leones" de Jazmin López, novel realizadora argentina que ha tenido el arrojo y la valentía de construir su òpera prima a través de 19 únicos planos secuencia cuyo destino no es otro que experimentar de forma extremadamente radical los límites entre la fantasía y la realidad para acabar por articular una poética y personalísima reflexión sobre la muerte que presentando un radical menage a trois entre Gus van Sant, José Luis Borges y Kurt Cobain, con Julio Cortázar, Michelangelo Antonioni o Robert Bresson como invitados de excepción. ¿La fórmula? Sería algo así como "Gerry" + "Last Days" + "Perdidos". Y lo mejor de todo, es que da con la respuesta.

Contracrónica Venecia 2012: ¿Orizzontis cercanos?

Aunque en menor medida, también me ha dejado buen sabor de boca "Low Tide", cuyo director, Roberto Minervini, se sumerge en la América profunda para revelarnos una mirada netamente dardeniana que, pese a transitar caminos eminentemente comunes, nos obsequia con un austero pero sentido retrato de la relación entre una irresponsable madre soltera y su hijo, que con tan solo 8-10 años, debe sacarse (y sacarle) las castañas del fuego por su propio pie. Silencios rebosantes de carga emocional, extenuantes planos secuencia articulados con absoluta sobriedad ,y pocas, muy pocas palabras, son los elementos que se erigen en virtud de "Low Tide".

Contracrónica Venecia 2012: ¿Orizzontis cercanos?

Y por suerte, dos ilustres nombres son quienes en último momento y sobre la bocina, me han brindado una gratificante despedida de una sección renqueante, decepcionante, pero cuya aparición ha logrado dejarme, incluso, buen sabor de boca. Que decir de Wang Bing y Aleksei Balabanov. El primero presenta "Three Sisters", y lo hace como a él más le gusta y solo él sabe, tirando de un documental de dos horas y media de duración que nos ofrece el minucioso y detallado retrato de tres hermanos entre 5 y 10 años en su dura vida diaria en un pequeño pueblo rural sacudido por la más absoluta miseria. Quienes conocéis al maestro chino del documental, sabéis a lo que me refiero, quienes no, ya podéis ir a por él empezando por dedicarle 7 imprescindibles horazas a "West of the Tracks". ¿Hablamos del "Nadier Sabe" de Wang Bing?. Por ahí van los tiros.

Contracrónica Venecia 2012: ¿Orizzontis cercanos?

Y por el otro lado, haciendo oídos sordos a quienes, dentro y fuera de su país, calificaban sus filmes de oscuros, pesimistas o reaccionarios, felizmente libre de la corrección política que lastra buena parte del cine europeo actual, Aleksei Balabanov se ha convertido por derecho propio en uno de los nombres de referencia, no solo del nuevo cine ruso y una figura perfecta para servirnos de guía por esa terra incognita que es la cinematografía de la nueva Federación Rusa. Con una gramática y discursos únicos e incomparables, sin renunciar a su marcada y polémica personalidad, Balabanov ha conseguido a lo largo de su polémica carrera tanto históricos éxitos comerciales ("Brother" o "Brother 2") como piezas de culto tan singulares, oscuras y perturbadoras como "Cargo 200" y "Of Freaks and Men". Pues bien, el director ruso presenta este año en Venecia "Me Too", una película de menor calado en su valiosa filmografía pero particularmente estimulante muy a pesar de su menor alcance. Una melancólica carga emocional y su carismático sentido del humor que nos llegan a través de cuatro estrafalarios personajes que únicamente buscan la muerte para encontrar la felicidad empapa un film en el que, curiosamente y no por casualidad, es el propio Aleksei Balabanov quien acaba siendo uno de ellos en un estelar y delirante cameo que encumbra "Me Too" como su película más personal, pero también, en el preocupante indicador de la depresión de caballo que parece vivir el cineasta ruso.

Y finalmente, no llegarón a nuestros ojos pero si a nuestros oídos dos posibles descubrimientos a no perder de vista. Hablamos de "A Hijacking" de Tobías Lindhom y "L'Intervallo" de Leonardo Costanzo. La primera ha provocado fumata blanca entre todos aquellos que, sin esperarlo, parecen haberse encontrado con una de las grandes sorpresas de la Mostra de la mano de un film que, al parecer, traslada el conflicto de un barco danés secuestrado en aguas africanas con absorbente pulso y trasladando una intensidad, contundencia y visceralidad que no da lugar a tomar respiro alguno. La segunda, según dicen, parece traducirse en una de esas poéticas y radicales miradas rodadas en 16 mm (fotografiada por el responsable de "This must be the Place" y "Copia "Certificada") que ha causado de todo menos indiferencia.

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