La adhesión a la convocatoria anti-SOPA me avergüenza un poco, no por el hecho en sí, sino porque suscribo a otras tres causas públicas que sin embargo carecen de post propio. Será porque ninguna gran corporación organizó campañas a favor de la nena entrerriana con derecho a un aborto no punible, en apoyo a la resistencia popular en Famatina ni contra la intentona de criminalizar al juez Baltazar Garzón. En estos tres casos, la infraestructura comunicacional dista de arrimarse a la envergadura de la movida masiva que los grandes popes de Internet lideran desde antes de ayer.
Quizás en esta oportunidad convenga hablar de sensibilidad “selectiva” en vez de “limitada“. De todos modos, la idea es la misma: nuestra capacidad de reacción parece supeditada a una buena estrategia mediática antes que a nuestra verdadera vocación de compromiso y participación social.
Lamentablemente WordPress no ofrece un cintillo predeterminado cuyo contenido podamos adaptar según las convocatorias que más nos conmueven; tampoco nos manda un mail institucional recordándonos la vigencia de tal o cual causa a la que vale la pena sumarse. En caso contrario, estos días Espectadores habría actualizado su distintivo con las leyendas “Por el derecho al aborto”, “Contra la minera Vale” y “Fuerza Baltasar Garzón”.
Conclusión… Podemos pretendernos muy críticos, muy atentos a la influencia mediática, y sin embargo rara vez somos inmunes a los efectos de una agenda que sabe imponer(nos) sus prioridades. De ahí la sensación de mortificación.