Arrancaba el día 3 y la esperanza dejaba paso a cierta impaciencia por empezar a ver resultados. Por lo que ha venido trascendiendo, las 55 páginas originales que tenía el borrador del acuerdo ya han bajado a 50, ahora bien, sin que pueda saberse si se ha aligerado de paja y bonitas y rimbombantes palabras o bien de compromisos y medidas concretas. Hagan sus apuestas.
Lo cierto es que pasado el postureo del primer día y la euforia (o resaca) del segundo, en este tercer día han empezado los zascas y desde la sociedad civil, profesionales y algunos medios de comunicación se empieza a señalar lo que es greenwashing en forma de contradicciones entre lo que se dice en los discursos y lo que luego se hace en la gestión pura y dura.
Tu cuentas una cosa, tus inversiones otra
En 500.000 millones de Euros al año se cifran las ayudas económicas que reciben los combustibles fósiles, mas de cuatro veces mas que lo que se destina al impulso a las energías renovables en los principales países. De poco o nada van a valer los acuerdos alcanzados si no se asume que hay que acometer importantes reformas en el modelo productivo imperante en las principales economías mundiales, y el modelo energético es por donde han de empezar estas reformas. No puede hablarse de modelos de Economía Verde o Economía Baja en Carbono sin asumir que no se trata de mínimas reformas sino de profundas transformaciones que, con datos reales en la mano, no vamos en camino de alcanzar.
¿Un millón por el clima?
No se trata de una inversión concreta, sino de una iniciativa lanzada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) para sensibilizar a la población sobre los compromisos que hay que asumir para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones comprometidos por España. Hasta ahí bien, se lanzó en Mayo y justamente hace unos días se alcanzó el millón de compromisos, algo que parecía difícil a tenor de la evolución en el numero de compromisos durante estos meses, pero que parece que el tirón mediático que ha tenido la COP21 ha conseguido. O bueno, igual no y ese millón de compromisos no son tan reales, dudas que plantea en blog Productor de Sostenibilidad. Lo cierto es que de nuevo parece que se prima el postureo, haber llegado a ese millón, por encima de resultados reales ¿son los compromisos adoptados suficientes para lograr la reducción de emisiones comprometida? ¿cómo se va a controlar, especialmente en el caso de empresas e instituciones que son las que en mayor medida contribuyen?
Iniciativas sobre cambio climático como setas
Es lo que está pasando estos días, no hay administración que se precie que no aproveche el desarrollo de la COP21 para comunicar tal o cual plan, hacer balance de iniciativas que llevaban meses en marcha o plantear cuales van a ser sus futuras actuaciones en materia de reducción de emisiones de GEI y adaptación al cambio climático. Es el caso de la Junta de Andalucía, que tras volver a contar que está terminando la futura Ley Andaluza de Cambio Climático, ha aprovechado también para mostrar la Herramienta de Huella de Carbono de los municipios andaluces. Algo fundamental para la puesta en práctica de la futura ley, que viene a actualizar la ya existente sobre la que se elaboraron buena parte de los PAEs asociados al Pacto de Alcaldes. En su momento os la mostramos como parte del diagnóstico de Huella de Carbono de la provincia de Almería. Como ya se ha señalado en algunos foros, queda resolver que haya acceso a esta herramienta, puesto que se trata de datos que son de interés y cuyo uso puede tener numerosas aplicaciones.
¿Cómo andará el optimismo dentro de la COP21? Lo miramos y mañana os contamos.
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