El alcalde de Sevilla desfilando
Otro año más el jueves del Corpus Christi muchas ciudades españolas se engalanan para acompañar la procesión propia de esta festividad. Los vecinos que quieren decoran sus balcones y muchos niños desempolvan su traje de haber hecho la primera comunión ese año y desfilan con el cortejo. Hasta aquí todo normal. Parecería una fiesta popular más de no ser porque las autoridades e instituciones del Estado se suman cada año a las mismas.
Bajo la excusa de que “siempre ha sido así” los miembros del gobierno de las localidades participan activamente en estas procesiones. Esto es lo que no se puede consentir. Aunque fuera solo por respeto a los ciudadanos que tienen otras confesiones religiosas y a las que nunca se suman las instituciones cuando ellos organizan algo. ¿y qué pasa si yo no creo en ningún dios? No puede haber españoles de primera y de segunda. ¿Cómo va a ir mi alcalde delante de un paso representando al ayuntamiento? Que participe, si cree y quiere, como Alfredo Sánchez, pero nunca como alcalde de mi ciudad. Para eso no se le ha elegido. Las funciones las deja bien determinada la normativa
Aparte del sentido común y el respeto también podemos hablar de la ley. La Constitución Española establece que éste es un país aconfesional (sinónimo de laico para el que ande despistadillo). Esto significa que tiene que haber obligatoriamente una separación real entre las diferentes religiones y el Estado. No puede confundirse a la población con participaciones de las fuerzas de seguridad del Estado y las instituciones civiles en actos religiosos (99% católicos). Hace más de 30 años desde que estrenamos la democracia y hasta el 23 de mayo de 2010 los militares tenían que rendir honores a la custodia ¡parece mentira! Las creencias deben quedarse en el ámbito de lo privado y no afectar en absoluto a los poderes públicos.
Afortunadamente en España ya hay un movimiento laicista consolidado (con creyentes y no creyentes) que luchan por ir superando poco a poco las ilegalidades que se comenten por tradición. Aún queda mucho por hacer, Todavía no hemos llegado al momento ideal en el que los fieles sean los que se autofinancien y muchas de estas actividades se pagan con el dinero de las arcas municipales, el dinero de todos, los creyentes y los NO creyentes.
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NOTA: este es el segundo post, redactado por mi amiga Chan, sobre el asunto del laicismo y la relación entre las instituciones y la religión. (Es la primera gran colaboración en casi cinco años de blog).
Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.