Revista Cine

Corrupto el padre, buenorro el hijo

Publicado el 16 marzo 2015 por Esti @estipuntobpunto
Birtney Spears, que es una visionaria, ya lo decía: "mama i'm in love with a criminal". Y el mundo entero lo entendió el año pasado cuando la foto de este milagro de la naturaleza (porque ser mulato de ojos claros es un milagro de la naturaleza) saltó a las redes.
Corrupto el padre, buenorro el hijo
Que el mozo en cuestión, Jeremy Meeks, fuera un criminal reincidente daba igual. Lo importante es que estaba bueno.
Pues hoy, amigos, amigas, amantes de la estética más allá de la ética, vamos a dedicar este post a otros hombres que son un guilty pleasure. Tienen buen envoltorio, pero por dentro... la cosa se pone fea. Y no porque sean delincuentes como Jeremy, que fijo ha tenido una vida más chunga que la de los niños de la cuarta temporada de The Wire. Hablamos de algo peor que ser un delincuente de poca monta. Hablamos de lo peor que se puede ser en un país que lleva en crisis desde que se muriera Michael Jackson: corrupto.
Como este chavalito al que descubrimos saliendo de visitar en la cárcel a su padre, Luis Bárcenas: Willy Bárcenas.
Corrupto el padre, buenorro el hijo Que esa cara de niño bueno y esa camisa a cuadros no os engañen. En este video de la revista Vice cuyo peso vale oro, Willy destruye el "pues no está mal el hijo de Bárcenas" en cuanto abre la boca y defiende a su padre con argumentos irrefutables del tipo de "a mi padre lo acusan de hacer lo que hacen todos".  Pero Willy no sólo es un pijazo madrileño de pura cepa, también tiene su punto bohemio. Por eso estudió cine en los Estados Unidos hasta que se dió cuenta de que no se le daba bien (vio que para dirigir cine hay que madrugar muchísimo) y descubrió su vocación por la música, que se ajusta mejor al rollo bohemio que a él le tira. Se juntó con dos amigos, uno de ellos nieto de Díaz Ferrán y fundaron un grupo de pop al que llamaron Taburete, que suena a banda de la movida, pero para nada. Su público son todos estudiantes de ICADE con ese pelazo tan propio de la Milla de Oro madrileña. Como una vez me dijo vetetúasaberquién, son muchas generaciones comiendo bien, y se nota.
Pero Willy no es nuestro único placer culpable. Les presento a Oleguer Pujol, milagro de la genética: Corrupto el padre, buenorro el hijo
Oleguer tiene ese aire de intelectual catalán, de tomarse unos vinos en un coqueto bar del Borne con amigos arquitectos después de haber visto la última obra de Lluis Homar en el Teatre Nacional de Catalunya. Pero él es más del rollo Bárcenas, más de heliesquí en lugares inhóspitos, y por eso mismo exclusivos y carísimos. Porque los Pujol son una familia unida que delinque unida y Oleguer tiene 15 cuentas en paraísos fiscales y 90 millones de euros en el extranjero.
Last, but not least, Ramón Espinar, proclamado por Vertele como el contertulio más guapo de la televisión. 
Corrupto el padre, buenorro el hijo
Hijo de Ramón Espinar senior, político socialista y consejero de Bankia durante 7 años. Espinar junior es politólogo (en castellano normal, que estudió Ciencias Políticas) podemita (que me gusta a mí esa expresión que tanto usan en Libertad Digital, y que recuerda a los cenobitas de Hellraiser) y tertuliano en debates varios. El debate sobre si Espinar era el tertuliano político más atractivo se diluyó en cuanto se supo que su padre fue usuario de las tarjetas black de Bankia. Espinar jr ha trabajado como camarero y como teleoperador antes de dar el salto a los medios y da la sensación de que no ha sido ni beneficiario ni cómplice de los hechos de su padre, como bien explica ese grande que es Manuel Jabois en este artículo.
Y vosotros, ¿a qué hijo de corrupto le véis su aquel?, ¿no pensáis que Willy Bárcenas sería la pareja ideal de Tamara Falcó?, ¿actuará "Taburete" algún día en el Sonorama?
Continúo colaborando con Glup Glup, esta vez hablando de las mejores series de los últimos meses.

Volver a la Portada de Logo Paperblog