Los cortes y las abrasiones en la piel son comunes en perros y gatos. La mayoría son lesiones leves que se curan rápidamente con un tratamiento mínimo, pero algunas son lesiones más graves que incluso pueden requerir cirugía.
Los cortes son provocados por objetos punzantes, como vidrios rotos, cuchillas, bordes metálicos afilados o ganchos. Dependiendo de la naturaleza del objeto afilado que corta la piel, la herida resultante puede tener los bordes limpios y bien definidos, o irregulares y sucios. Ciertos materiales extraños, como la suciedad, tierra, etc., se pueden introducir en la herida, lo que aumenta la posibilidad de una infección secundaria y el retraso de la cicatrización.
Una abrasión es un rasguño en la piel causado por un traumatismo abrasivo como un rascado intenso, un roce contra una superficie áspera, o por ser arrastrado por un coche o por una correa, por ejemplo. Las abrasiones leves resultan únicamente en supuraciones, formación de costras en la piel y enrojecimiento, mientras que las abrasiones severas pueden resultar en la pérdida de todo el espesor de la piel y daños graves en los tejidos subyacentes. De nuevo los agentes externos como la suciedad pueden raspar la herida, aumentando la posibilidad de inflamación y de una infección secundaria.
Tratamiento
El tratamiento, por lo general, comienza con la limpieza de la herida para eliminar la suciedad, las costras y los restos de supuración. El pelo alrededor de los bordes de la zona lesionada tendrá que ser recortado, para a continuación hacer una limpieza de toda el área con un limpiador antibacterial. En algunos casos, es posible que tengan que administrarse medicamentos sedantes o incluso anestesia general para poder limpiar bien toda la zona afectada.
Los cortes pequeños o superficiales pueden permitirse a veces sanar por su cuenta, pero la mayoría requieren cirugía para suturar juntos los bordes del corte. Las heridas mayores o con bordes irregulares, primero deben ser “limpiados” cortando la piel muerta alrededor, dejando los bordes limpios y frescos para que se curen más rápidamente. Las heridas suturadas tienden a sanar más rápido que las que se dejan sanar por sí solas. Sin embargo, las heridas demasiado sucias pueden necesitar ser dejadas abiertas, o puede ser necesario que el veterinario coloque un drenaje debajo de la piel para proporcionar una vía de escape para que el material de filtración infectado sea expulsado.
Las abrasiones graves se curan lentamente mediante un proceso conocido como granulación, durante el cual la piel dañada es reemplazada gradualmente por una nueva piel y tejido cicatrizal. Este sensible tejido necesita ser protegido durante la curación, que a menudo requiere vendajes.
Los vendajes pueden ser tratados con un material que tenga mal sabor (por ejemplo, manzana amarga) para disuadir a tu mascota de lamer o masticar la zona. Los animales que se lamen o muerden persistentemente pueden ser equipados con un collar de cono (por ejemplo, un collar isabelino) para limitar físicamente el acceso a la zona vendada. Para prevenir la infección, se pueden aplicar cremas o pomadas antibióticas directamente sobre la zona lesionada. También pueden ser necesarios los antibióticos orales, sobre todo cuando las heridas se han contaminado con material extraño.
En resumen
¿Cuál es la diferencia entre un corte y una abrasión?
Un corte es una herida en la piel causada por objetos afilados, mientras que la abrasión es un rasguño en la piel causado por un traumatismo abrasivo.
¿Cómo se tratan estas lesiones?
El tratamiento comienza con la limpieza de la zona para eliminar la suciedad, el pelo y los residuos. Los cortes a menudo requieren cirugía para cerrar la incisión con puntos de sutura. Las abrasiones moderadas o graves suelen ser vendadas para protegerlas mientras se curan.
¿Cómo puedo prevenir que mi mascota se lama la herida cicatrizante?
Los vendajes pueden ser tratados con un material que tenga mal sabor para desalentar al animal de lamerse o masticar la zona afectada. También se les puede colocar un collar isabelino para impedir físicamente que pueda acceder a la zona vendada.