Nadie duda, ni siquiera sus detractores, si es que le queda alguno; de la inteligencia, profesionalidad y talento de David Cronenberg. Lo que si sigue sorprendiendo es que a sus 69 años el director siga con hambre de cine y entregue una obra maestra tras otra, tocando los más diversos géneros pero siempre ofreciendo una particular visión de un mundo en constante cambio. Ahora en “Cosmópolis, 2012”, nos muestra su particular visión del auge y caída del capitalismo en nuestros días, con una historia de anticipación. La película que nos ocupa es tan rica que es imposible digerirla en un solo visionado. Todos los aspectos de ella están cuidados hasta el mínimo detalle y alcanzan lo que uno entiende como perfección cinematográfica. Sus ajustados 109 minutos derrochan ideas y entretenimiento a partes iguales. Porque si, Cronenberg se preocupa en crear una intriga que avanza en un lento crescendo, y aunque al final la propia intriga (el atentado) no es más que un mcguffin; que bien usado está. El punto de partida (la excursión a una peluquería), se desarrollará en una historia divida en tres partes (día / noche / el personaje de Giamatti) y unas codas (los encuentros con su mujer), a su vez dividas en diversos episodios (los personajes que acuden a la flamante limusina) donde el director a través, tanto de unos diálogos acertadísimos como de una puesta en escena virtuosa, nos narrará un tema cercano y querido por él. La autodestrucción voluntaria de un ser humano ante la imposibilidad de digerir los cambios que se generan alrededor suyo. En este caso, las “mutaciones” monetarias causadas por la moneda de un país semi comunista. El protagonista será incapaz de prever estos cambios debido a su distanciamiento moral y su despojo total de cualquier tipo de humanidad. Y que precioso y optimista es que este ser humano (GENIAL Robert Pattinson) sea al mismo tiempo una metáfora del capitalismo que nos rodea y devora día a día. Aquí, de tanta hambre que tiene, acaba consumiéndose a sí mismo. Si, Cosmópolis es una de las películas anticapitalistas mas lucidas de los últimos tiempos. A través de los distintos episodios el director nos mostrará varias de las ideas que dan cuerpo a este capitalismo aplastante. El control de los medios de comunicación y las finanzas por parte de este en la era digital. La metáfora de las ratas, equiparadas y convertidas en símbolo de la lucha proletaria; y digo proletaria porque es Cronenberg el que cita a Marx en la película. La deshumanización del sacrificio humano. El control absoluto de la palabra y su significado. La mecanización del sexo. La imposibilidad de sentir. La envidia e imposibilidad de representar un ideal masculino (brillante Kevin Durand). La banalización del arte. Y unas cuantas ideas más que el director arroja sin tregua a un espectador sorprendido y admirado. Y la cosa no acaba solo en el mundo de las ideas. A nivel formal Cosmópolis es una de las películas más bellas de Cronenberg. La cámara se libera en los escasos momentos fuera de la limusina. Los diálogos en el exterior están filmados de manera original. La escasa acción pasa de refilón. Y dentro de ese improvisado coche fúnebre que devendrá esa preciosa limusina, Cronenberg se las apaña para que en ningún momento tengamos la sensación de estar viendo teatro filmado, en parte gracias a la excelente fotografía de Peter Suschitzky y el prodigioso diseño de producción de Arvinder Grewal. La limusina y el ambiente que rodea a Pattinson, contrastarán, no de manera tan chocante, con la decadencia del personaje de Giamatti. La excelente música de Howard Shore es tan arriesgada como la propia película. Siendo esta una composición fría en su mayor parte y carente de emociones. Y como es habitual en las películas del director y ya hemos mencionado brevemente, los actores están a la altura y eso que no tenían un trabajo fácil. Como único apunte crítico hay que mencionar que en la parte más abstracta de la película, el tercer acto, Cronenberg y Ronald Sanders cambian totalmente el ritmo “sin prisa pero sin pausa” que han llevado durante toda la narración para decelerar de manera un tanto brusca. Pero quizás nos sea un defecto si no, que esté hecho a propósito de manera que al espectador le sea fácil digerir todo lo que ha visto hasta el momento además de absorber la nueva y última información que se le dará. Alex Turol
Ficha Técnica
Año: 2012 / Director: David Cronenberg / Productor: Paulo Branco, Martin Katz, Edouard Carmignac, Gregoire Melin, Joseph Boccia, Walter Gasparovic, Gregoire Melin, Renee Tab / Guión: David Cronenberg, Don DeLillo (novela) / Fotografía: Peter Suschitzky / Música: Howard Shore / Dirección Artística: Joshu de Cartier / Diseño de Producción: Arvinder Grewal / Maquillaje: Chris Bridges, Stacey Butterworth, Stephan Dupuis, Paul R.J. Elliot, Seth Rossman, Sondra Treilhard, Dorota Zajac / FX: Warren Appleby, Sam Hudecki, John MacGillivray, Fiona MacPherson, Cameron Patterson, Daniel White / Efectos Visuales: Barb Benoit, Wilson Cameron, Andy Chan, Devin Dawkins, Eddie Englander, Jesh Murthy, Owen Williams / País: Canadá, Francia, Portugal, Italia / Duración: 109m. / Formato: 35mm / Proporción: 1.85: 1 / Color / Presupuesto: $20.500.000
Ficha Artística
Robert Pattison, Sarah Gadon, Kevin Durand, Paul Giamatti, Juliette Binoche, Adbul Ayoola, Emily Hampshire, Bob Bainborough, Zeliko Kecojevic, Samantha Morton, Jay Baruchel, Mathieu Amalric, Philip Nozuka, Patricia McKenzie, Ryan Kelly, Nadeem Umar-Khitab, Albert Gomez, David Schaap, Milton Barnes, Jonathan Seinen, Saad Siddiqui, K’Naan, Jadyn Wong.