Revista Televisión
"Crematorio" ha sido la segunda serie original de Canal + España. A la primera, "¿Qué fue de Jorge Sanz?" todavía no le he echado un ojo, pero después de haber disfrutado tanto con la serie en la que se basa la novela de Rafael Chirbes, no creo que tarde mucho en hacerlo. Mucho se habló en su momento sobre su estreno, y sobre las posibilidades que tenía la ficción española en las cadenas de pago. Y se nota de dónde viene. Yo he sido siempre muy de series españolas, hasta que las americanas y las inglesas se cruzaron en mi camino. Hoy en día soy fijo en mis "españolas de toda la vida", y apenas doy oportunidad a nuevas ficciones. Pero "Crematorio" fue la excepción. Aviso: voy a ir comentando la trama por encima, por lo que si no has visto los 8 capítulos, no leas la entrada hasta que los veas.
Rubén Bertomeu (Pepe Sancho) es el protagonista de "Crematorio". "El arquitecto" está detrás de una trama de corrupción en un pueblo de Valencia (Misent) en la que están envueltos empresarios, concejales de urbanismo, la propia alcaldesa y hasta la mafia rusa. Algo que, tristemente está de rabiosa actualidad en nuestro país, donde una vez llegas al poder, todo cambia (aunque como en todo en esta vida, no hay que generalizar). Rubén está rodeado por su fiel abogado Zarrategui (Pau Durá) y por su inseparable mano derecha Sarcós (Vicente Romero). En el plano familiar, cuenta con su novia Mónica (Juana Acosta) y la familia de su hija Silvia (Alicia Borrachero): su hija Miriam (Aura Garrido) y su marido Juan (Chisco Amado). Y además, está su madre Teresa (Montserrat Carulla).
El proyecto más ambicioso de Rubén es "Costa Azul", el único terreno sin urbanizar de Misent. En "Costa Azul" están en juego los intereses de muchos, por lo que es de vital importancia que todo salga bien. Pero el accidente que sufre una furgoneta en el primer capítulo, y que deja al descubierto las irregularidades de una funeraria, pone en marcha los engranajes de la Justicia y la legalidad, teniendo como claro objetivo a Rubén Bertomeu; todo ello iniciado por uno de los testaferros de Rubén. A raíza de este accidente, su castillo de naipes comienza a desmoronarse, y uno a uno, todos los implicados, empezarán a ver su futuro algo nublado. Su final no ha podido ser más acertado y realista, que en este caso era lo importante. Los implicados directos han acabado, o muertos, o desaparecidos, y ha quedado en manos de la hija de Bertomeu el futuro de "Costa Azul". Y me atrevería a decir que será exactamento igual que su padre. O peor. Y mi querida Mónica se ha quedado mano a mano con el bebé que nacerá en unos meses.
Uno de los aciertos de "Crematorio" son los flashbacks que van salpimentando la historia durante 7 de sus 8 capítulos. Comenzando en 1981, donde asisitimos al nacimiento de la amista entre Rubén y Collado (Pep Tosar), que les marcará de por vida (sobretodo al segundo). En estos flashbacks también conocemos cómo se fue fraguando la trama de corrupción, la relación de Rubén con su familia, y sus historia con Mónica. Eché en falta conocer la historia entre Rubén y Sarcós, uno de los personajes que más me ha gustado. Impactado me quedé con su final; y todo por ayudar a su jefe. Y quise saber más de él, que en aquella fiesta en la que buscaba a una buena chica, Sarcós se nos quedó solo.
Pero sin duda, lo mejor que tiene "Crematorio" son sus actores y sus guiones. Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo se han encargado de la mayor parte de los guiones, además de dirigir la mayoría de los capítulos. En cuanto al reparto: deja claro que en España tenemos muy buenos actores. Lo que se pone en su boca es muy importante, pero son ellos los que deben transmitir lo que dicen y cómo lo dicen. En "Crematorio" nadie sobra, ni nadie destaca negativamente por encima del resto. Pepe Sancho es un grande. El trío de damas (Borrachero-Acosta-Garrido, totalmente distinta a su personaje en "Ángel o Demonio") impecable. Esa matriarca Carulla, amadamente odiosa. Y el resto de secundarios, tan bien como los protagonistas.
La ficción española tiene un futuro prometedor, siempre y cuando las cosas se hagan con tiempo, con buenos dineros y no queriendo llegar a toda la audiencia posible. ¿Que habrá que recurrir a las cadenas de pago para ver productos de calidad? Recurriremos.
PD. Sé que la canción no es la versión de la cabecera, pero no por ello deja de ser igual de grande. Imprescindible su opening.