Revista Opinión

Cree en tu verdad, acepta la del otro

Publicado el 14 julio 2018 por Carlosgu82

SI YO CAMBIO, MI ENTORNO CAMBIA

Quisiera que te observaras un momento de cómo te sientes mientras lees esa frase. Me gustaría que pudieras compartir conmigo, de poder cuál fue tu reacción interna: sonreíste tal vez, como expresión de duda? Es muy probable que así haya sido. No te culpo: cómo va a cambiar mi entorno porque yo cambie?

Y puedes tener la razón en el sentido que las cosas físicas que están a tu alrededor, incluyendo las personas, no van a cambiar porque tú lo hagas. entonces? Tiene algún sentido la frase? La tiene, y muy práctica. En la vida, todo es acción y reacción, causa y efecto: conforme mi miras te miro, conforme me tratas te trato. Simple.

Interactuamos con el mismo ambiente, vemos las mismas cosas… pero… las percibimos de forma diferente; y, como diría Cantiflas:  ahí está el detalle, que no vemos las cosas como SON, vemos las cosas como SOMOS. Lo que tú ves o percibes como amenaza, para otros puede ser aventura, emoción, fascinación; mientras para otros más puede ser interrogación, sospecha, dudas.

Si habrás estado cerca de una persona que se expresa respecto a otra, generalmente amigo(a) o familia: “parece gafo, mira que tener miedo de montarse en la montaña rusa”  o dirigirse al jefe para solicitar permiso. Tal vez igual hayas tenido la oportunidad de oír una respuesta o excusa como: “Lo sé, pero es más fuerte que yo”.

Como puedes ver, por las excusas que damos, el percatarnos de algo no nos da la habilidad para hacer cambios, que es el tema que nos trae hasta acá: si cambio, cambia mi entorno. El cómo hacer los cambios, una vez que te convences de la necesidad de cambiar, no es parte de este artículo. Antes de decirte lo que aspiro lograr en ti, que estás leyendo mi nota, me voy a permitirme darte el siguiente contexto: si te encuentras en una situación que percibes como amenazante, cuál es tu actitud, que conductas observas, aumenta o disminuye tu capacidad de comunicación? Qué pasaría si lograras relajarte y ver las cosas con otra perspectiva? Pensemos en la montaña rusa, nombrada anteriormente; pensemos que tú eres esa persona que la percibe como amenaza y que reacciona con miedo a montarse en ella; y digamos que te convences de que la acción cura el miedo, y te montas.

Imagínalo: que decidas y te montes, habrá cambiado tu percepción de amenaza? Seguro que no. Cómo te sientes una vez sentado, cuál es tu postura en el asiento? Si te ves: agarrotado, aferrado al travesaño como si te fuera la vida en ello; estás en busca de una seguridad. Qué crees que pasa una vez que arranca la máquina y comienza a ganarte la sensación del vértigo de la travesía y la euforia comienza a apoderarse de tu cuerpo? Te sueltas del dichoso travesaño, agitas los brazos, gesticulas y gritas como loco, y terminas disfrutando tu aventura. Al final terminarás diciendo: “de lo que me estaba perdiendo, no entiendo cuál era mi miedo”. Y la próxima ida al parque, serás de los primeros en comprar boletos y subirte a la montaña rusa.

Cambió la montaña rusa? No, sigue siendo la misma máquina infernal. Cambiaste tú? No, sigues siendo el mismo ser humano. Cambio tu percepción, cambio tu marco referencial: todo depende del color del cristal con que se mire.

Conforme sea tu percepción, será tu actitud, tu trato, tu forma de comunicarte; al modificar tu percepción igual modificas tu forma de interactuar con tu entorno; al modificar tu interacción con el entorno, las respuestas que recibes cambias; es decir, tu entorno también cambia y, por consiguiente, también cambia tu experiencia (como el ejemplo de la montaña rusa).

Hacernos conscientes de esta realidad: que tenemos filtros, creencias o marco referencial; que interpretamos la realidad que percibimos conforme estos filtros (todo depende del color del cristal con que se mire), nos debe llevar a: ser más respetuoso y tolerante con la forma de interactuar de nuestros semejantes; entender que no podemos hacer que cambien su forma de interactuar pero si podemos cambiar la nuestra, y que…

SI YO CAMBIO, MI ENTORNO CAMBIA


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