Revista Cocina

Creencias en consulta de nutrición

Por Sentir @menjasa1

En muchas ocasiones los dietistas-nutricionistas nos encontramos con que los pacientes que llegan a nuestra consulta pueden tener ciertas ideas o creencias sobre cómo se gestiona una consulta de nutrición o como debe ser el proceso de pérdida de peso.

Este tipo de creencias, en la mayoría de los casos, no son reales y pueden suponer un obstáculo a la hora de adherirse a un tratamiento dietético.

Hoy vamos a ver las más habituales:

  • Para adelgazar tengo que hacer dieta durante un tiempo hasta que pierda los kilos que me sobran: Cuando pensamos en hacer una dieta “tradicional” suele venirnos a la cabeza la idea de comer poco durante X tiempo hasta que conseguimos que la báscula marque la cifra que consideramos  Este enfoque cortoplacista suele dar como resultado que se recupere fácilmente el peso perdido puesto que no se ha acompañado de  un proceso de reeducación nutricional. Si necesitamos bajar de peso, lo ideal es iniciar un cambio de hábitos que podamos mantener de forma permanente.
  • Cada vez que voy a la consulta de nutrición me tengo que pesar para saber si lo estoy haciendo bien: Esta es una idea muy generalizada. Cuando una persona acude a un DN lo hace pensando que su objetivo final es un número de kilos determinado. La realidad es que fijar el peso como único objetivo suele generar mucha frustración. El bajar o no de peso está influido por tantos factores que,  aunque tengamos la sensación de que lo hemos hecho muy bien, la bajada de peso puede no ser la esperada y eso puede generar  una pérdida de motivación.  Recordad que el peso debe ser la consecuencia de los buenos hábitos, no el objetivo final.
  • Lo importante para perder peso es comer menos de lo que gasto, no importa tanto el tipo de alimentos como las calorías totales: El enfoque de “menos plato y más zapato” se queda muy corto y a largo plazo no funciona. Es importante entender que no se trata de comer menos sino de comer mejor. Una caloría no es igual si proviene de una manzana que de una galleta.
  • Si hago bien la dieta toda la semana, el sábado puedo comer pizza o hamburguesa: En este pensamiento se refleja una conducta muy común que es utilizar la comida “insana” como premio. Si continuamente hacemos la asociación de que la comida “sana” es una obligación y un aburrimiento y que la comida “insana” es el premio es difícil que logremos disfrutar llevando una alimentación saludable.
  • La gente que está delgada puede comer lo que quiera porque no engorda: es importante entender que estar delgado no implica estar sano. La comida procesada cargada de azúcares, harinas refinadas, aditivos, sal y grasas de baja calidad impactan tanto en la salud de las personas delgadas como las que tienen sobrepeso. ¿Acaso alguien podría pensar que una persona delgada puede consumir todo el alcohol que quiera porque total no engorda? No, porque sabemos que el alcohol es perjudicial para la salud. Pues con la comida ultraprocesada pasa igual, no es sana para nadie.
  • Si quiero adelgazar debo priorizar los alimentos light: Un producto se puede etiquetar como light si tiene un 30% menos de calorías que el producto original. Como hemos dicho antes, el número de  calorías no es tan importantes como de dónde proceden. Un bollo o unas patatas fritas light seguirán siendo productos muy procesados y de baja calidad independientemente del número de calorías totales.

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