Revista Cocina

Crema de calabaza con jengibre y hierbabuena

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz
Tiempos de calor traen inexorablemente recetas para combatirlos. En esta ocasión blandimos la cuchara para hacer frente a las altas y crueles temperaturas para saborear una sencilla crema de Calabaza con el toque y la personalidad del jengibre.
El jengibre es un poderoso aliado para nuestra salud, ya que, entre otras virtudes ayuda a prevenir el estrés, a combatir migrañas y la congestión, es un anti-inflmatatorio natural... Los chinos sabían lo que se hacían en cuestiones medicinales. 
Pero más allá de sus propiedades nutricionales nos va a aportar un peculiar sabor y aroma a la calabaza, que se mezcla fenomenal con el frescor de la hierbabuena, otorgándonos un plato de lo más completo, aromático y agradable en boca. ¿No me crees? Pues no te queda otra que prepararlo y contarme el resultado. Caliente o fría, esta crema hará tus delicias... ¡Mandiles arriba! 
Crema de calabaza y jengibre
Ingredientes 
  • 600 grs de calabaza limpia
  • 500 grs de caldo de verduras 
  • 1 puerro (parte blanca)
  • 1 cebolla mediana
  • 1 patata pequeña 
  • 1 trocito de jengibre fresco (al gusto)
  • Hierbabuena
  • Semillas de sésamo tostado
  • Aceite, sal y pimienta negra
Tiempo: 30-35 minutos
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Añadimos aceite de oliva a una olla y calentamos. Troceamos la cebolla y el puerro y los vertemos en la olla. Sofreímos durante 5-7 minutos.
Troceamos la calabaza, la patata pelada y el jengibre pelado con ayuda de una cucharilla de café. Los echamos en la olla y sofreímos todos los elementos otros 5-7 minutos. Salpimentamos al gusto.
NOTA: No hace falta trocear muy finamente, se trata que suden las verduras y saquen todo su sabor, ya que luego pasarán por la trituradora o el robot de cocina.
Cubrimos la olla con el caldo de verduras (o de pollo) y llevamos a ebullición. Cuando rompa el hervor, bajamos el fuego y cocinamos hasta que la calabaza y la patata estén tiernas. Alrededor de 20-25 minutos. Corregir de sal si hiciera falta...
Dejamos enfriar, que no se trata de abrasarnos a la hora de triturar. 
Pasamos el contenido de la olla a un robot de cocina o directamente lo trituramos con la batidora (luego convendría pasarlo por un chino para eliminar posibles hebras y demás) 
Servimos fría o caliente en bols individuales. Decoramos con hierbabuena fresca finamente picada y unas semillas de sésamo, aunque también puedes añadir pipas de calabaza peladas, unas gotas de leche evaporada o un poco de aceite de oliva virgen extra.
¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

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