Una crema con una combinación inusual de ingredientes que te sorprenderá, porque la pera y las espinacas se complementan, potencian y a la vez se equilibran. Aportamos además sabor con un toque de parmesano y el ligero picante de un chile coreano.
Por Capitán Rábano:
Ya está aquí, ya llegó, un mes más, el #asaltablogs, en esta ocasión tenemos el gusto de robar en las cocinas de Montse, la autora de "No sin mi taper", bitácora imprescindible no solo por las recetas que publica, sino por el placer de leer, que en esto del lenguaje Montse es una campeona. Por cierto, si queréis saber algo más de ella, os animo a leer la entrevista que nos ha concedido.
Y he de confesaros que en esta ocasión yo no he cocinado, ha sido Sonia, que de vez en cuando asoma por aquí bajo el nick de Pendiente de Diagnosticar y eso ha sido por la sencilla razón de que es una ferviente seguidora de Montse, especialmente en el apartado cremas, que como bien sabéis es un negociado que no domino (ni entiendo). Así que, sabiendo cual era el blog asaltado, Sonia reclamó protagonismo y se lanzó a cocinar.
¿Y por qué esta crema de espinacas y pera?, pues porque hace homenaje al espíritu de No sin mi taper y porque a Sonia le encanta y de hecho la prepara a menudo. El contraste y sin embargo el equilibrio que se consigue entre la presencia de la pera y las espinacas es tan sublime como sorprendente.
No ha habido mucho tuneo sobre la receta original, de hecho y como excepción a la regla, hemos respetado los pesos de la receta original, aunque bueno, hemos añadido un par de ingredientes: queso parmesano y chile molido. El queso va en la cocción, espesa y aporta sabor (y sal, cuidado entonces), aunque también podríais servirlo al final rallado o en lascas. El chile es chile rojo coreano, es muy vistoso y fotogénico, aporta un toque picante muy ligero, en serio, sin miedo, pica muy poco, es ideal para iniciarse en el mundo del chile.
Bueno, sin más os dejo con la receta
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