Si de pequeña me llegan a decir que iba a sentir pasión por las setas, me hubiese reído en su cara. Cuando veía en los comic de la época (Mortadelo, Din Dan, Pulgarcito. DDT..) que los protagonistas ocupaban las excursiones al campo para recoger unas setas que luego les iban a dar un dolor intenso de barriga, me decía que como podían ser tan tontos. También ponía un poco de cara de asco cuando mi madre preparaba una crema de champiñones para la cena de mi padre. Pues bien, aquí estoy, muchos años después, disfrutando con las jornadas micológicas, envidiando a la gente que recoge setas sin miedo y preparando cremas como esta de setas y champiñones, toda una delicia.
Esta crema es perfecta, porque como dice Mikel Iturriaga, reforzamos el sabor del caldo con setas secas y salteamos los champiñones para que se doren y potencien su sabor.