
Tocados (estilograficos)

"Sabemos algunas cosas"

Andrajos (estilográficos)
Uno ríe, otros no, alguno se esconde,
aquel camina por el mundo con todos sus avíos en un saco...
‘Nada es lo que Aparece”, sostiene el risueño.

Confusos (de tinta)
Podría venir a cuento acá aquello tan socorrido
de “Dios los crea y ellos se ajuntan”, pero el muñidor
no está muy seguro de que no sea más apropiado
el diagnóstico que invita siempre a “hacer de la necesidad virtú”.
Y mientras contempla con cierta condescendencia
no exenta de ternura el corro juguetón de los infantes,
siente que aún hay tierras inexploradas y gentes por conocer.
A ver si no.

Los Implorantes
(un homenaje a J. Habermas)
No recuerdo bien las precisas circunstancias en que surgieron
estos ‘implorantes’; solo, vagamente, que tomaron
impulso a partir de unas declaraciones del filósofo alemán,
que a sus 96 años aún conserva la lucidez y nos aporta una extraña
sensación de “ser-de-(o en)-otro-tiempo”,
mitad reconfortante, mitad alucinada (la impresión),
como dicen que también les pasa a las IAs.
En todo caso, implorar no es acción que nos resulte
ni ajena ni inútil, aunque cada vez se parezca más
al gesto del que un día creyó, tan ingenua
como necesariamente, que el maná, como la nieve,
iempre cae del cielo, y de cuando en cuando
alza los brazos
por si se repitiera el milagro.
Algo así.
