Revista Cine

Crítica: 8 Tiros (2015) Dir. Bruno Hernández

Publicado el 11 enero 2016 por Proyectorf @Proyectorfant

Origen: Argentina Género: Thriller/acción/policial Dirección: Bruno Hernández Guión: Andrés Gelós, Luis Langlemey, Javier de Nevares Elenco: Daniel Aráoz Luis Ziembrowski Leticia Brédice María Nela Sinisterra Alberto Ajaka Roly Serrano Alejandro Fiore Duración: 87 min Dirección de arte: Graciela Fraguglia Dirección de Fotografía: Julián Apezteguía Productora: Sinema S.A Fecha de estreno: 14 de enero de 2016

El thriller argentino reaparece en la cartelera con " 8 Tiros", del debutante Bruno Hernández. Daniel Aráoz, Luis Ziembrowski y Leticia Bredice componen el reparto de este sombrío policial que nos introduce en el mundo del narcotráfico bonaerense, la corrupción policial y la trata de personas.

Un elemento clásico del cine de acción es el enfrentamiento entre personajes antagónicos trabados en luchas que, normalmente, culminan con la victoria física y/o la imposición moral de uno sobre el otro. En el caso de "8 Tiros" esta contienda es motorizada por Vicente (Luis Ziembrowski) y Juan (Daniel Aráoz), dos hermanos narcotraficantes -otrora muy unidos- cuya relación se quebró cuando este último quiso alejarse de la actividad delictiva. Defraudado por tal traición, Vicente manda a matar a su hermano, que es dado por muerto en un confuso episodio. Siete años después, Juan reaparece durante el funeral de su madre prometiendo venganza.

Daniel Aráoz saca a relucir uno de sus mejores repertorios (quizás apenas un escalón por debajo de su performance en (2009)) interpretando a un gangster hosco, temerario, de expresiones parcas y semblante tenebroso. Si bien el resto del elenco acompaña (en especial Ziembrowski, con sus habituales toques de distinción), la calidad de Aráoz se destaca y confirma su gran momento actoral, ya alejado del género cómico.

Crítica: 8 Tiros (2015) Dir. Bruno Hernández

8 Tiros posee tanto virtudes como defectos: el primer acto del film es atrapante, tanto desde el punto de vista argumental como desde la composición de la puesta en escena. La construcción de la trama de venganzas y traiciones junto a la presentación del rudo y duro personaje de Juan logra sentar las bases de un conflicto que promete altas dosis de acción para los actos subsiguientes. Sin embargo, la segunda parte de la película no termina de consolidar todo lo bueno que se venía insinuando en esos primeros veinte/ treinta minutos.

La escalada de violencia entre los dos antagonistas se estanca luego de una lograda escena de tiros y explosiones en una cocina de drogas en Dock Sud, y a partir de ahí se limita a una sucesión de amenazas cruzadas intrascendentes que poco a poco van diluyendo la expectativa. En ese sentido, los acontecimientos se tornan repetitivos y, de esa forma, las motivaciones de los personajes comienzan a embarullarse. Tampoco es del todo claro el desarrollo de las historias secundarias (la investigación policial en manos de una detective colombiana y la historia de amor entre la administradora de un prostíbulo -Leticia Brédice- y Juan), que terminan siendo meras anécdotas accesorias del plot principal.

Desde el punto de vista formal, la película es impecable. El nivel de profesionalismo alcanzado por los técnicos argentinos demuestra una gran evolución en nuestra industria que no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones del cine hollywoodense. La construcción de climas densos y agobiantes, en ese sentido, le deben mucho al gran trabajo de Graciela Fraguglia y Julian Apezteguía, a cargo de los rubros de arte y fotografía, respectivamente.

8 tiros es una sucesión de buenas intenciones que quizás no terminan de consolidarse desde el punto de vista dramático. No obstante, se trata de una producción nacional atractiva desde lo visual y excelente en cada uno de los rubros técnicos.


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