Revista Bares y Restaurantes
Después del "subidón" que me produjo el premio, quiero meditar sobre algo. En estos días he recibido una crítica a las críticas. Me explico, en la entrada del restaurante Ginkgo Biloba, una simpático anónimo me hizo una serie de comentarios insultantes. Bueno, simplemente me insultaba y de simpatico no tenia nada. Casualmente ese mismo día desde la página de Facebook del Restaurante hacen un alegato en contra de los críticos amateurs. Y esto te hace plantearte si tiene sentido el trabajo que lleva hacer este blog. Mi intención primitiva estaba en hacer un simple resumen de mis salidas para recordar los sitios a los que he ido, lo que comí y que me pareció. La intención era y es esta, sin intentar molestar a nadie. Animado por el Sr. Frank y enfriado por la buena entrada que desde mi tontódromo hizo de los críticos. Me decidí a hacer mi pequeño y privado cuaderno de bitácora, pensando que no duraría más de un par de meses. Y por que no, ser un poco de guia para aquellas personas que les apetezca salir a tomar algo y no sepan donde y que pedir. No he pretendido ser categorico, ni un gurú para nadie. Solamente dejar constancia de lo que tomé, que me pareció y poco más. Hoy me vuelve de nuevo la duda que me surgió en su día. - ¿Debo ser del todo sincero en mis apreciaciones o debo ocultar parte de lo que pienso sobre un restaurante para que la gente vaya, como dicen desde Ginkgo Biloba? Aunque debo agradecerles el poder que me otorgan al pensar que con mi opinión va a dejar de ir la gente en masa a su restaurante.
Aceptando parte de la critica, quizás me haya crecido y sin tener los conocimientos necesarios, simplemente la experiencia, la educación recibida y un poco de sentido común. Me he envalentonado y me he permitido dar consejos. - ¡Craso error! - Aunque, si leo una novela. ¿por que no voy a poder expresar mi opinión? ¿Cuantos van al cine y salen sin decir ni pio de la película? Entonces, ¿por que tiene que ser distinto en un Restaurante cuando hemos sido consumidores? -Si mi opinión hubiese sido distinta, seguro que la suya también.
Para terminar con esto, o continuar con el debate, dejo este enlace del blog de Antonio J. Gras sobre la crítica a restaurantes.