La historia de la humanidad está llena de personajes que sobresalen en sus páginas. De mártires, rebeldes, innovadores y soñadores que marcaron un antes y un después en cualquiera que fuera su campo. Científicos que desmintieron con pruebas los preceptos impuestos por la Iglesia. Exploradores que fueron más allá de lo que se consideraba un mundo plano. Revolucionaros que se alzaron pacíficamente para lograr la independencia de su nación. Y artistas cuyas obras les encumbraron a la leyenda. Sin duda, Farrokh Bulsara, más conocido como Freddie Mercury, es uno de ellos. Desde que se anunció el proyecto, los fans de La Reina no han (hemos) podido estar más entusiasmados y ansiosos esperando el estreno de la cinta biopic de tan carismático personaje. Mercury es mucho Mercury, y la cinta debía estar a la altura. Y, sin duda, lo está.
La dirección de Bryan Singer sorprende por su eficacia, dado que es un director destacado por sus películas de acción-fantástico cargada de efectos especiales, como X-Men (2000), Superman Returns (2006) o Jack el caza gigantes (2013), cintas que se alejan mucho en ritmo, recursos y carga emocional de esta cinta biográfica. Sin embargo, Singer maneja elegantemente la batuta y somete la cinta a momentos emocionales a un ritmo adecuado, jugando con el espectador salpicando la historia de momentos divertidos de Freddie o a su costa.
Siempre se han considerado las cintas biográficas una quimera para muchos directores, pues es uno de los géneros, sino directamente el que más, que corta la capacidad creativa o inventiva de director y guionistas con mayor nivel de exigencia. No puedes inventar situaciones que el personaje no viviera, ni alterar su vida, ni lavar excesivamente su imagen. Y, si lo haces, pronto serás puesto en evidencia. Además, la vida real, sea de quién sea, raramente es tan emocionante como la ficción, y eso limita las posibilidades de sorprender y atrapar al público. Pero las leyendas son lo que tienen: hacen que su vida merezca ser contada.
Si algo destaca de ‘Bohemian Rhapsody’ (2018) como biopic es, entre otras cosas, el esmero que los directores de casting han realizado al a hora de elegir tanto a los interpretes de Queen como a otros personajes secundarios. Más allá de la caracterización, el parecido más que razonable a veces resulta sobrecogedoramente creíble, y ese sencillo ejercicio de casting, se convierte en una red en la que el espectador cae. Si a eso le sumamos el entrenamiento de los actores como músicos, y no solo como músicos, sino como Queen, el resultado es incuestionable.
Rami Malek es el encargado de ponerle rostro a Freddie Mercury, y lo cierto es que este joven actor, conocido especialmente por su papel protagonista en la serie Mr. Robot y no tanto por su filmografía cinematográfica, saca lo mejor que tiene para estar a la altura del papel. ¿El resultado? Freddie Mercury vuelve a la vida. No es solo forma de sumirse en la piel del personaje, respetando sus formas y su complicada y curiosa forma de actuar, sino además transmitir la misma energía que Mercury sobre el escenario. Cualquiera que haya visto videoclips o grabaciones de la banda inglesa (ejercicio obligatorio antes de ver esta cinta), podrá comprobar el gran trabajo camaleónico de Malek, así como el cuidado del vestuario para representar a la perfección todos los atuendos del cantante de Queen.
Gwilym Lee, Ben Hardy y Joseph Mazzello interpretan al resto del elenco de la banda, es decir, Brian May (guitarra), Roger Taylor (batería) y John Deacon (bajo), respectivamente. Y de nuevo merece ponerse de manifiesto el excelente ejercicio de casting y de caracterización. Aunque su papel es meramente orbital en la cinta (pues no olvidemos que es un biopic de Freddie Mercury, no de Queen), su presencia y contribución a la banda como autores de éxitos, es siempre respetada e incuestionable. Son los soportes de Queen, si bien Mercury es la bandera que ondea y a todos llama a levantarse.
Junto a ellos, Lucy Boynton como Mary Austin, quien fuera pareja de Mercury; AidanGillencomo John Reid, segundo mánager de Queen; Tom Hollander como Jim Beach; tercer mánager de Queen; Allen Leech como Paul Prenter, mánager personal de Mercury; Mike Myers como Ray Foster, ejecutivo de EMI, Aaron McCusker como Jim Hutton, pareja de Mercury, Meneka Das como Jer Bulsara, madre de Mercury; Ace Bhatti como BomiBulsara, padre de Mercury; y Priya Blackburn como KashmiraBulsara, hermana de Mercury, completan los personajes más destacados del reparto. Destaca especialmente el papel que le otorgan a Paul Prenter, siendo el villano que rompió Queen y provocó muchos males a Mercury, incluso se insinúa que si bien no se lo contagió, por su culpa este cogió en VIH.
Si hubiera que hacer una crítica negativa a la cinta, es sin duda el papel excesivamente víctima de Freddie Mercury, extremadamente inocente y bueno. Es la flor que crece entre las malas hierbas, pero que conserva su pureza e inocencia. Vemos al vocalista de Queen involucrado en ambientes nocivos cargados de drogas, pero no se le ve consumir. Se muestra como deja la banda para realizar carrera en solitario, pero no como emprende dicha carrera y publica dos álbumes (Mr.Bad Guy en 1985 y Barcelona en 1988, que por cierto, el single de este último, en colaboración con la recientemente fallecida Monserrat Caballé, fue la canción elegida para los Juegos Olímpicos de Barcelonade 1992, un año después de la muerte de Mercury). Es un truco un tanto trillado y forzado mostrar a un héroe que tiene sus fallos y sufre por ello, pero jamás se le ve cometerlos. No hay intención de que eso quede en la retina del espectador, y ese proteccionismo se convierte en falsedad histórica.
En cuanto a su vida familiar y personal, sin embargo, se muestra mucha más transparencia con su realidad. Sus orígenes familiares, su trabajo de maletero, su ruptura de los cánones tradicionales de su cultura ancestral, su relación tensa con sus padres por su estilo de vida, su soledad a pesar de su éxito. El guion avanza pulcramente entre los altibajos de la banda dentro y fuera de los escenarios, de la respuesta de la sociedad de la época, de su búsqueda continua de un estilo propio. Y de las malas compañías que se acercan como chupópteros. Y la moraleja es que puedes ser una persona de gran éxito profesional, pero si no repercute en ‘’buenas ideas, buenas palabras, buenas acciones’’, acabarás solo.
Una gran cinta, sin duda. Un biopic muy cuidado. Una historia a la altura de su música.Larga vida a la Reina.
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