Revista Cine
7/10
Uno de los mayores y mejores descubrimientos que hice allá por el 2010 cuando cada vez empatizaba más con el cine clásico (y no tan clásico) de Hollywood, fue el de una película denominada "El Golpe" protagonizada por dos actores en estado de gracia, dos leyendas: el mítico (y venerado por este blog) Paul Newman y el siempre magnífico Robert Redford. Ambos realizaban la segunda colaboración junto al mismo realizador que los dirigió en "Dos hombres y un destino", George Roy Hill. La película es hoy mismo uno de los mayores logros de la historia de cine. Pero ¿por qué salta a la palestra este comentario sobre "El Golpe" en una crítica a "American Hustle"? Pues las comparaciones son muy cercanas, y no hablo de calidad porque difícilmente se supere la obra maestra de 1973, sino a historia. La última película de David O. Russel se embarca en un desafío bastante atractivo e interesante y el resultado final es cuanto menos, positivo.
El film está ambientado en los años 70; el brillante estafador Irving Rosenfeld (Christian Bale), que trabaja junto a su socia y amante, la seductora británica Sydney Prosser (Amy Adams), se ven obligados a trabajar para el impetuoso agente del FBI Richie DiMaso (Bradley Cooper). DiMaso los fuerza a que ambos se introduzcan en el mafioso mundo de los corredores de bolsa de Jersey, que resulta ser tan peligroso como atrayente.
Por naturaleza al ser humano le encantan los descubrimientos, implicarse en una novedad, algo jamás develado, le gusta sentir la adrenalina de lo desconocido y a su vez experimentarlo para no hacer que su vida se vuelva un coloquio aburrido. Esos, entre otros, son los objetivos principales para que una muchacha simple, pero inteligente, bella y seductora, cansada de una vida sin muchas expectativas se embarque en una aventura junto a otro hombre acomodado, quien puede presumir de lucir cierta "felicidad" y facilidad laboral. Estos son Sidney e Irving. Una pareja que de la nada y con muy poco empezaron a estafar gente, aprovechándose de la crisis. Nuevamente la ley del más "sabido" vuelve a ejercerse como un punto de interés a la meca cinematográfica, pero en muchas ocasiones no basta con ser el más listo de todos. Un agente del FBI los caza y desde ese momento empieza la verdadera odisea.
"American Hustle" es un interesante thriller que se vale de una propuesta muy atractiva para lograr un producto bastante ágil y dinámico, que no cansa en ningún momento. Es una cinta que se enfrenta una vez más a presentar el traslúcido mundo de la hipocrecía, la falsedad, las apariencias y finalmente la corrupción aunque en esto último pueda entenderse una ambiguedad, que nos deja de meditación.Russel dirige un producto altamente sensitivo. En "American Hustle" convergen un estilo muy definido (ya presente en "Silver Linings Playbook") junto a un fabuloso elenco. Y he allí el gran o máximo acierto de esta película. El conjunto de interpretaciones brilla, haciendo una experiencia bastante gratificante; hay un sostenido intercambio verbal, hay una cuidadosa construcción de caracteres, hay un estilismo definido y hay una constante presencia de la falsedad, la cual se ve acentuada en todos los personajes. Son puras apariencias. Desde el mismo inicio somos advertidos de lo que veremos: Bale ubicándose pelo postizo en su cabellera. El guion no nos cuenta nada nuevo, pero subsiste por el cómo nos lo cuenta; eso es lo que hace vibrar la película. Russel desmorona los sueños, las ideas, los parlamentos, desmitifica a "los buenos" y exalta a los malos, destruye el sueño americano. Relata vidas infelices; todo como un abanico que se abre para airear y mostrar sin temores sus intenciones.
Desde una poderosa Amy Adams, que es de esas actrices capaces de convertir cualquier personaje plano en uno con alma, hasta un renovado y brillante Bradley Cooper (que consiguió el mejor papel de su carrera en la anterior cinta de Russel), el elenco consigue traspasar la pantalla, dosificar la energía y dotar a la película de ese vigor necesario. Imposible dejar fuera a una sobresaliente Jennifer Lawrence (el mejor papel de su carrera, para mi gusto mucho mejor que en "Silver Linings Playbook"), un Christian Bale "disfrazado" que aunque no es "lo mejor" es el pilar de esta cinta; y un Jeremy Renner notable, quizás infravalorado pero con una interpretación brillante.¡Hay ritmo, hay fuerza, hay energía! Hay escenas realmente buenas, y una ambientación perfecta. Russel da una cátedra sobre la corrupción en las altas esferas sociales y lo hace muy bien, y aunque como señalé anteriormente no haya nada nuevo en su relato, el visionado finalmente resulta agradable, aunque queda lejos de ser lo mejor del año.