INSTINTO DE SUPERVIVENCIAEl instinto de supervivencia del ser humano siempre ha existido condicionando la existencia del hombre, llevándolo al límite para cumplir sus necesidades y requerimientos, que tiende a ser el miedo o temor del hombre hacia la muerte. El director sueco Ruben Östlund toma como punto de partida este concepto para su cuarto largometraje tras las cámaras, titulado de forma muy inteligente "Fuerza Mayor" (que bien podría tener una doble lectura), que nos trae a una familia de clase media que pasan una semana de vacaciones en los hermosos e idílicos Alpes franceses.
El filme empieza de forma muy potente, el cual mientras la familia está desayunando en un buen restaurante de apariencia 'kitsch', con unas impresionantes vistas de las montañas nevadas, de repente una avalancha que en un principio parecía estar controlada se precipitará sobre ellos, haciendo que el padre de familia salga corriendo abandonando a su esposa e hijos, solos ante ese peligro aparente. Finalmente no ocurre nada y salen ilesos del incidente. El hecho de que el instinto de supervivencia del padre le haya jugado una mala pasada y la estupidez posterior de no afirmar delante de los suyos tal acción, abrirá una herida importante en su matrimonio qué tambaleará los cimientos de una familia que en apariencia estaba unida y feliz.Con unas buenas interpretaciones de prácticamente todo su elenco actoral, y el buen hacer de su director (que se podría afirmar que en cierto modo vuelve a sus raíces), la película nos hace reflexionar sobre la condición del ser humano y los valores familiares, con unos diálogos punzantes y una tensión 'in crescendo' que se puede cortar con un cuchillo. La utilización en momentos puntuales del tema "Russian Bayan" de Catherine Michael es todo un acierto, remarcando aún más si cabe la tragedia de esta familia en medio del más absoluto blanco de la nieve. Se puede destacar también una factura técnica verdaderamente brillante, con una preciosa fotografía que ensalza la belleza de las montañas nevadas; asimismo, me gustado mucho la forma en la cual Östlund ha filmado la película, estructurándola por días de la semana, con una primera parte en el que los planos son prácticamente estáticos, y una segunda parte en la cual los entrelaza con planos mas movidos, debido a la cámara al hombro, mostrando de maravilla la frustración por la que atraviesa nuestro protagonista, consciente de su grave error, habiendo algunas escenas que muestran lo patéticos que puede llegar a ser los seres humanos, tiñendo algunas secuencias de un humor negro bastante gamberro que te arranca alguna que otra carcajada; como por ejemplo aquella en el que Tomas llora desconsoladamente delante de su mujer en el patio del hotel, mientras un boquiabierto conserje (cigarrillo en boca) es testigo de tal patetismo desmesurado.Por contra, podría decir que la película se va desinflando a medida que va transcurriendo los minutos, dejando patente que pese a partir de una idea muy original, ésta no daba para tanto metraje; también el hecho de tener un ritmo bastante pausado posiblemente pueda echar a más de uno hacia atrás; y es necesario indicar que quizás peque de cierta pretenciosidad con ese doble final heroico, en el que nuestro protagonista se redime, recuperando en cierto sentido la hombría perdida; sin embargo, a pesar de ese desarrollo un tanto irregular y demás, en líneas generales es una película muy interesante, valiendo la pena otorgarle al menos un visionado, ya que no te deja para nada indiferente.
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