Revista Cine

Crítica de "Vitus" (2006), de Fredi M. Murer.

Publicado el 10 marzo 2020 por Mumbo @OMasti2012
Crítica
DECLARACIÓN DE AMOR POR LA VIDA

Tengo que confesarlo, a veces tengo unas ocurrencias extrañísimas. Me explico. Hace relativamente poco vi, en una de las plataformas digitales en las que estoy suscrito, la película francesa "La clase de piano" (Au bout des doigts, 2018), de Ludovic Bernard —de la que cabe decir como apreciación personal que la traducción literal de su título original, "Al alcance de su mano", me parece que hubiera quedado más conveniente, en clara referencia al piano colocado en el metro—. La película en cuestión me gustó, la encontré bastante entretenida; sin embargo, también es un poco plana y repleta de clichés. Aunque, su historia de pianista talentoso despertó mi voraz curiosidad cinéfila, y, de forma repentina, me entraron unas ganas tremendas de hacer una doble sesión nocturna con dos filmes sobre el tema; como melómano aficionado y algo empedernido que soy. Así que empecé a buscar como si no existiera un mañana cintas protagonizadas por pianistas talentosos. Después de una ardua búsqueda por las profundidades de la red, me surgieron dos títulos muy interesantes que no conocía, y obviamente, no había visto. Las elegidas fueron "La leyenda del pianista en el océano" (La leggenda del pianista sull'oceano, 1998), del gran cineasta italiano Giuseppe Tornatore —recordemos que es responsable de clásicos como "Cinema Paradiso" o "Malena"—, y una película suiza bastante desconocida titulada "Vitus" (Fredi M. Murer, 2006); de la cual me apetece hablaros un poco.


Crítica
"Vitus" narra la historia de un niño que, en su primer aniversario, deslumbra a todos los festejantes atacando en un piano electrónico el tema del cumpleaños feliz, que acababa de escuchar, sin apenas cometer errores. Esta secuencia grabada en vídeo doméstico por su padre y excelentemente utilizada en la narración de la película, marca la obsesión de su familia, sobre todo de su madre, por convertirle en un prodigio, en un fenómeno con el que asombrar al mundo y conseguir una posición social más elevada. Su padre, ingeniero en una empresa de audífonos, asiste a la progresiva rebelión de su hijo hacía los métodos educativos y de entrenamiento que le imponen para exprimir sus habilidades, sin terminar de evitarlos. El niño escapa como puede de estas inexplicables imposiciones como la de apartarle de Isabel, la adolescente que le cuidaba por el mero hecho de que se divertía tocando rock ’n’ roll en el piano para ella mientras imitaba a sus estrellas favoritas. Sin embargo, encuentra un cómplice en su abuelo, un carpintero viudo y jubilado, que toda su vida ha soñado ser lo que es su nieto, diferente y extraordinario, una desdicha de la que intenta encontrar consuelo mediante la construcción de unas maquetas aladas para que juegue el niño, una magnífica metáfora de su anhelo.

Crítica
Su director, Fredi M. Murer, nació en Suiza en 1940 y ha trabajado como director y productor de cine, destacando en el ámbito del documental. Ha dirigido un buen número de películas, siendo galardonado en numerosas ocasiones tanto en su país natal como internacionalmente, destacando el Leopardo de Oro en Locarno por "Alpine fire" (Höhenfeuer, 1985). Se podría decir que el universo de la infancia marca toda su obra ficticia. En la magistral película, citada anteriormente, surgida de las alturas alpinas a mediados de los 80, la violencia de la prohibición se abate sobre dos adolescentes cándidos. En "Full Moon" (Vollmond, 1998), una banda de niños escapa a la vigilancia opresora de sus padres. Y con "Vitus", el cineasta se insinúa en el mundo secreto de un superdotado prometido a una carrera internacional de pianista a quien sus padres presionan: frente a la admiración del don de su hijo cuando tiene 6 años sucede una verdadera obsesión hacia los 12.
Crítica
El abuelo del niño hace figura de oasis donde el peso de las esperanzas maternal y paternal puede ser depositado. Las relaciones entre ambos, llenas de afecto y complicidad, arman una cinta que camina por terrenos del melodrama y apunta hacia la tragedia, con momentos de intensa pero contenida emotividad. El veterano Bruno Ganz magistral en un papel en las antípodas de "El hundimiento" (Der Untergang, Oliver Hirschbiegel, 2004), lo que habla de su versatilidad que atesoraba como interprete propicia que los dos jóvenes actores que encarnan a Vitus se sientan a gusto en su compañía, y obtiene de ellos las escenas de mayor calado humano y de una sorprendente naturalidad. El carácter despierto del pequeño Fabrizio Borsani y sus grandes ojos dan vida al Vitus de seis años, unas veces locuaz e interesado por todo, otras silencioso y enigmático como si su cerebro funcionase a mil revoluciones por senderos desconocidos. Por su parte, el virtuosismo al piano de Teo Gheorghiu (1) (de doce años y con importantes premios internacionales en la vida real) y su sorprendente desparpajo para moverse ante la cámara, arrancan momentos de lograda empatía con el espectador; no obstante, en otras ocasiones su personaje puede también resultar ser un poco repelente. Este suele ser un rasgo que, generalmente, poseen la mayor parte de los superdotados, debido a que su elevado coeficiente intelectual les aporta un cierto aire de altivez. Pero me gustaría dejar claro que sólo es en ocasiones y en términos generales, así que no nos enfademos. ¡Paz y amor, eruditos!

Crítica
Hábilmente, Murer no retrata a los padres de Vitus como vampiros aferrados a la excepcional vena artística de su hijo. Pero cuando la madre decide dejar su trabajo de traductora para ocuparse de la ascensión profesional de su hijo, sus reticencias y sus rechazos a seguir la vía que le ha sido trazada, hacen caer insidiosamente las máscaras; hasta el día en que Vitus intenta el gran salto al vacío con las alas de papel.
Crítica
Al hilo de un recital salpimentado de episodios que inscriben el filme en la línea de la fabula y del fantástico, el director esconde su propósito de una reflexión sobre la infancia del arte, la libertad artística (claramente inalienable) y también sobre la muy seria especulación bursátil que domina el mundo (un peligroso juego de niños). El cineasta es excelente en particular al describir el amor cómplice y fuerte que une a Vitus y a su abuelo. Este hombre anciano impermeable al paso del tiempo que moldea a los individuos, transmite a su nieto valores como la fantasía, la simplicidad y el arte de disfrutar de las pequeñas cosas que ofrece la vida. Todo lo que sus padres, ciegos por su misión educativa y el fabuloso destino que espera a Vitus, han rechazado u olvidado.

Crítica
De bien es sabido que no es la primera vez que el cine se acerca a la problemática del niño superdotado y su falta de adaptación social. La destreza en el piano y el ajedrez son disciplinas en las que los niños superdotados suelen demostrar su talento a edades muy tempranas, y esto ha estado presente en otras obras bastante inspiradas como "En busca de Bobby Fischer" (Searching for Bobby Fischer, 1993) de Steven Zaillian o "El pequeño Tate" (Little Man Tate, 1991) de Jodie Foster; aunque "Vitus" consigue destacar como una obra interesante porque, fundamentalmente, nos relata una sincera declaración de amor al inspirador y saludable poder de la música. Estableciéndose también como una preciosa manifestación de amor al deseo de vida por sí misma, que se encuentra en su máxima pureza, vitalidad e individualidad en la infancia, una época que constituye un nido incomparable de libertad e imaginación.
PUNTUACIÓN: ★★★★

WEBGRAFÍA Y FUENTES:
(1) Teo Gheorghiu nació en Zurich, Suiza, en 1992. A los 12 años, concretamente en 2004, hizo su debut en un concierto celebrado en su ciudad natal en el Tonhalle. Desde entonces, ha actuado en todo el mundo, incluyendo París, Tokio, San Petersburgo, Madrid, Nueva York y Londres. Ha trabajado con orquestas líderes como la Orquesta Sinfónica Nacional Danesa, la Orquesta Sinfónica Tchaikovsky, la Orquesta Filarmónica Real, la Orquesta Sinfónica de Tokio, la Orquesta Sinfónica de Bilbao y la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh. Durante su carrera hasta el momento ha disfrutado de colaboraciones con estimados directores como Sir Neville Marriner, Vladimir Fedoseyev, Matthias Pintscher y Alexander Shelley. Teo ha ganado el primer premio en las competiciones internacionales de piano de San Marino y Franz Liszt. En 2010 se convirtió en el destinatario más joven del codiciado Beethovenring en el Beethovenfest Bonn y fue galardonado como el 'Mejor artista canadiense' en la edición 2017 de Concours Musicale International de Montreal. Su primer CD fue lanzado por Deutsche Grammophon en 2009 y desde entonces ha estado grabando para Sony. Fuente: Teo Gheorghiu Official Website.


Crítica

Teo Gheorghiu tocando el piano en la actualidad. Foto: Teo Gheorghiu Official Website.

Contenido Extra del DVD: "Vitus, un auténtico prodigio", editado por Sherlock Home Vídeo
CINEUROPA: Vitus, por Françoise Deriaz.
LABUTACA.NET: VITUS: Alas para volar, por Julio Rodríguez Chico.
FANDIGITAL: Vitus: La tristeza de ser diferente, por José M. Robado.
SENSACINE: FREDI M. MURER.
FILMAFFINITY: Vitus.
FILMAFFINITY: Fredi M. Murer.© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.Sin ánimo de lucro. Las imágenes publicadas solamente tienen la finalidad de complementar este artículo.

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