[Crítica] Episodio número 200 de Mentes Criminales

[Crítica] Episodio número 200 de Mentes Criminales

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Amaia Ceinos 15 febrero, 2014 0

Esperaba con ganas el episodio número 200 de Mentes Criminales (Criminal Minds) por dos motivos. El primero, la vuelta de Paget Brewster como Emily Prentiss en calidad de invitada para la ocasión, y el segundo para poner fin a mi etapa de seguidora de la serie.

Suponía que AXN, que había reanudado la emisión de la serie hace dos semanas tras el parón en Estados Unidos, emitiría el episodio anoche pero no, hubo uno repetido así que no me costó nada encontrarlo, bendito Internet, para visionarlo.

A partir de aquí, spoilers, así que si no has visto el episodio no sigas leyendo.

En el final del episodio anterior se ve como JJ (A.J. Cook) es secuestrada con alguien cuando había quedado con un desconocido para encontrarse con él tras el trabajo, un desconocido que supuse que era el jefe de sección Mateo Cruz (Esai Morales), a quien resulta que también secuestran. Y así, descubrimos todo el pastel de los secretos de ambos que, afortunadamente, no eran una relación sentimental secreta porque es lo que hubiese faltado, y lo que le gustaría a él, sino la misión secreta en la que trabajaron cuando a JJ la trasladaron de la Unidad de Análisis de Conducta al Departamento de Estado (cuando la CBS decidió quitar a la actriz de en medio en lo que fue un auténtico culebrón).

Total que en vez de montarse una historia congruente, mediante flashbacks el episodio muestra cómo con conocimiento de la otrora jefa de su unidad Erin Strauss (Jayne Atkinson), que también aparece brevemente, a JJ la mandan por sus dotes como mediadora, ojo al dato que hay que recordar que su papel inicial en la unidad era la de enlace de comunicaciones, a realizar interrogatorios para dar con, nada más y nada menos, Osama Bin Laden. ¡Venga ya! ¿Pero qué broma es esta? La chica no era ni siquiera criminóloga ni hacía perfiles pero ahí la mandan, al desierto en una operación secreta para encontrar al terrorista más buscado. Sí, lo más lógico del mundo.

Así JJ, por lo que vivió allí con Cruz y otros agentes, se convirtió en una bad-ass, o eso es lo que nos han querido vender desde que la actriz volvió a la serie en la séptima temporada (tras la recapacitación de CBS). Pero lista como es ella, eso no lo pongo en duda, JJ descubrió que había un topo en el grupo y así tanto ella como Cruz se ganan que, años después, les secuestren para que el malo de turno logre sus propósitos.

Y, como a Hotch (Thomas Gibson) le dejan claro que todo lo que sucede es un asunto de estado, a la UAC la quitan de en medio por lo que no dudan en llamar a los refuerzos. Y ¿quién es esa persona que normalmente acaba salvando el día? Emily Prentiss, jefa de la Interpol desde que se fue al final de la séptima temporada, porque ella lo vale.

Garcia (Kirsten Vangsness) con su ordenador y con la clave que le da Prentiss, que para algo la llaman, descubre donde está JJ y allí van todos. Si en los flashbacks habían habido tiros y explosiones (por un momento se me hizo difícil pensar que estaba viendo Mentes Criminales), en la secuencia del rescate más tiros, algunos sin ton ni son que, tampoco es normal que vayan los de Análisis de Conducta sin los SWAT ni nada al rescate y se líen todos a tiros.

Y viendo que los primeros que entraban, como antes solían hacer, donde JJ estaba retenida eran Hotch y Prentiss, ya lo demás no fue más que previsible. En ese momento, con todo lo que puedes conocer a los personajes tras ocho años era más que presumible que ambos la encontraran pero ya, cuando eso sucede, y JJ va detrás del malo, claro quedaba que Prentiss iba a ir tras ella y si al final de la séptima temporada esta valiente decidió que si tenía que desactivar una bomba para salvar a Will (Josh Stewart), el marido de JJ, aunque el intento le costase la vida, no duda en lanzarse detrás del malo, porque la auténtica bad-ass de esta serie esté o no siempre será Emily, para pegarle y lograr, como decía antes, salvar el día y a su amiga de una muerte segura por caída desde azotea. Como fan de Prentiss, no esperaba otra cosa que, repito, para algo la habían llamado.

Pero, si ya habían rizad el rizo ¿qué haces después de ser torturada (y el waterboarding que le hicieron fue de verdad porque A.J. Cook se prestó a ello) y de estar a punto de morir? ¡Irte al bar a celebrarlo!

Sí, dejo aquí Mentes Criminales para bien porque nunca volverá a ser lo que era. Me da pena por una parte por todo el entretenimiento que me ha dado y por los actores pero han conseguido que sea una serie del montón que no se la están ni currando y que ha caído en ir a lo fácil. Para perder el tiempo prefiero revisionarla desde el principio y recordar los buenos episodios. Bernero ¿por qué te fuiste y dejaste al cargo a Erika Messer?

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