FICHA TECNICA
Titulo original: American Hustle
Género: Comedia Dramática
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, Christian Bale, Amy Adams, Jeremy Renner.
Director: David O Russell
Origen: Estados Unidos (2013)
Duración: 134 min.
Calificación: AM13
Fecha de estreno: 23/01/2014
Mi nombre es: “El fin no justifica los medios”
American Hustle empieza por la mitad de la película, pero inmediatamente los primeros 30 minutos nos muestran cómo fue que los personajes llegaron ahí. Irving Rosenfeld (Christian Bale) era dueño de una cadena de tintorerías, casado en un matrimonio sin salida con Rosalyn (Jennifer Lawrence), con su hijo adoptivo como rehén. A pesar de esa fachada, Irving era un estafador de ligas menores, tanto en obras de arte como en préstamos financieros a sujetos desesperados por sus deudas. Sin embargo, logra aumentar el volumen de su negocio delictivo cuando se involucra con Sydney (Amy Adams), por la habilidad y el convincente personaje que ella crea (Lady Edith Greensly) para atraer clientes desesperados al chantaje.
Sin embargo, el agente del FBI Richard DiMaso (Bradley Cooper) los atrapa y los amenaza con la cárcel, pero les brinda una escapatoria, al utilizarlos para atrapar al alcalde de Nueva Jersey, Carmine Polito (Jeremy Renner), en una operación que irá creciendo en su magnitud y en sus redes a lo largo del film.
Hemos visto muchas películas de estafas y engaños, en cierta medida American Hustler se diferencia por la forma de narrar la historia y por los giros constantes que tiene la trama. La referencia obvia son las películas de Scorsese, pero es en “Casino” donde más puntos de contacto hay, aunque se diferencia en uno clave, la manera en la cual esa decadencia del poder y del engaño llega a emerger y tocar fondo en una misma cinta. En el film de Scorsese el contexto es más glamoroso, mientras que la sensación falsa de estar en la cima del mundo y de la impunidad era más palpable; en cambio en American Hustler siempre fueron pelagatos que se quedaron a mitad de camino.
Quizás lo que más se destaca de American Hustle como historia es la representación del sueño americano en decadencia y como farsa. A pesar de eso, la moraleja final y la ética de Hollywood nunca quedan al margen en este tipo de cintas. La demostración que no existen seres humanos buenos y malos sino que los matices nos rodean constantemente es valorable, pero en estas películas siempre terminan de la misma manera, sin caer en detalles. En otro artículo hablaremos más acerca de este punto.
Los actores, el vestuario y la música son excelentes. Christian Bale lleva muy bien su papel, encarna la decadencia y el ánimo de mediocre estafador con humos de grandeza. La ambición de Bradley Cooper logra el objetivo de despreciar su rol y personifica como nunca la frase: “el fin no justifica los medios”. Jennifer Lawrence hace un gran papel que va de menor a mayor, quizás hay mucho humo alrededor de ella, debido a que cualquier cosa que haga es catalogada para un premio, pero en cierta forma lo justifica por la forma de llevar a cabo su propuesta actoral. Ni hablar de la seducción de Amy Adams que en la tensión sexual con Bradley Cooper demuestra que no hacen falta escenas de sexo explícito para provocar.
Es una gran historia llena de pequeños momentos geniales: la mini actuación de Robert De Niro, los pasajes entre Bradley Cooper y su jefe Stoddard Thorsen (Louis C.K.) o la relación de amistad incómoda entre Irving y Carmine Pollito (Jeremy Renner). La película es tan dramática y con tantas tensiones circulando que estos momentos agrandan el goce.
Osea, tiene todo para que el espectador vaya a la sala y la disfrute. Ahora, si hay algo en lo que no convence es que todo esto es lo mismo que le vimos a Scorsese en sus mejores momentos. Cuando ves algo repetido tantas veces, hay algo que no cierra y hace ruido, pero tampoco hay que quedarse con eso.
Nos hemos acostumbrado a ver películas premiadas que no justificaban su premio o críticas a la sociedad norteamericana que se quedan a mitad de camino. Puede que Escándalo Americano sea en sí mismo un engaño en todo sentido por toda la parafernalia mediática que hay detrás de ella, como en cierta forma pasó con Argo, pero cuando hay un buen trabajo que cierra por todos lados, tampoco hay que ponerse del lado del crítico crónico.