Revista Cultura y Ocio

Críticas Cinéfilas (119): Forrest Gump

Publicado el 10 mayo 2011 por Ruta42 @ruta42
Críticas Cinéfilas (119): Forrest Gump
Forrest Gump
Año: 1994
Director: Robert Zemeckis
Reparto: Tom Hanks, Robin Wright Penn, Gary Sinise
Duración: 142 minutos
Productor: Paramount Pictures
A todos nos conmueven las historias de superación y logros, las que siempre nos hacen soñar con alcanzar todo lo que nos propongamos. ¿Pero qué tal una historia de superación donde el protagonista no se da cuenta de ello? Hoy lo veremos.
Empezando la historia por casi el final, Forrest Gump es un deficiente mental que está sentado en un banco y cuenta su vida a diferentes desconocidos que se sientan a su lado. El personaje, al que da vida el actor Tom Hanks, contará cómo su madre hizo un esfuerzo sin igual para que él pudiera acceder al colegio como cualquier otro niño. Aún conociendo sus limitaciones, ella no cesará en su empeño para convertirlo en el mejor.
Con su visión inocente y de buen corazón, nuestro protagonista ironizará sin quererlo en muchos temas históricos: la integración racial, la Guerra Fría, Vietnam, el escándalo Watergate... Por supuesto, el significado y consecuencias de todos estos hechos no estarán al alcance intelectual de Forrest, quien los verá todos como simples incidentes aislados.
Críticas Cinéfilas (119): Forrest GumpForrest Gump y el presidente Kennedy. Uno de varios montajes históricos logrados

La película, en segundo plano, también seguirá la vida de la chica de la que Gump está enamorado: Jenny. Una preciosa niña rubia a quien (según Forrest) su papá la quería mucho, porque le daba muchos besos. Jenny vivirá una auténtica montaña rusa, con altibajos a cada momento, en los que, quizás en sus momentos más bajos, se reencontrará con su amigo de la infancia.
En realidad, la historia de estos dos personajes será agridulce: sabemos desde el principio que a Forrest le gusta Jenny, pero los continuos cambios de rumbo de la misma nos descolocarán, a veces parece que sí y a veces parece que no. Pero como se dice, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar.
Dadas las limitaciones de Forrest y su visión del mundo, sus cualidades quedan más patentes: no duda, no tiene miedo. Simplemente se guía por lo que cree que es correcto. Y con ello, consigue sobrevivir el infierno de Vietnam, a ganar el campeonato mundial de Ping Pong, a crear su propia empresa de gambas (y forrarse)... incluso ayuda a otros a hacerse millonarios sin darse apenas cuenta.
La novela en la que está basada (no, no es un guión original) difiere un tanto del resultado final en pantalla: según parece (no he leído el libro), el protagonista es igualmente deficiente mental, pero es un poco más avispado con la vida (más cabrón diríamos), y además es un genio del cálculo. De pequeño no tuvo aparatos en las piernas para corregir su columna, y muchas aventuras que le suceden son recortadas u obviadas.
Una historia bonita y triste, divertida y lacrimosa. Una película realmente bella, que no quiere demostrarnos nada más que la pureza en sí misma. Sin duda alguna, un clásico de los años 90 que hay que ver.
¿Sabías que Kurt Russell puso originalmente la voz al actor que hacía de Elvis, y que años después el mismo Russell encarnó al Rey del Rock en una miniserie dirigida por John Carpenter?

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