Hay un dibujo de un ciervo proyectado al fondo del escenario y comienza a sonar The Velvet Underground, cinco sombras tras la proyección se adentran poco a poco al frente entre los vítores y aplausos de más de 1500 asistentes que llenaban el aforo del Auditorium de la ciudad de Palma de Mallorca. Un escenario de lo más singular para un concierto de Eva, Juan y los suyos, limpio, con solo tres amplificadores al frente y seis proyectores de luz en el fondo que se pudieran divisar.
Comienzo con “Hacia lo salvaje”, un camino que nos conduce entre las fieras del potentísimo directo de Amaral. Prometió y cumplió tocar íntegramente el último disco, además de varios temas de los anteriores y en las 2 horas 10minutos de duración no le faltaron los coros y palmas en ningún momento. “Esperando un resplandor”, “El universo sobre mí”, “No quedan días de verano” (aunque los isleños no se pueden quejar del tiempo viendo las nieblas peninsulares), con paso de micro incluido a una joven asistente, dejando que terminara con voz temblorosa la última frase, haciéndola merecedora de una ovación.
Tras tal torbellino de canciones, pasó a tocar una de aquellas canciones de cuando aún era una voz que estaba por salir al mundo, una de esas que siempre gusta volver a recordar aunque nunca fuese uno de sus éxitos: “Un día más”, que enlazó con el karaoke “Moriría por vos” y así una tras otra sonaron otros ocho temas, en los que hubo tiempo entre medio para presentar a los músicos y más cuando el señor Jaime García Soriano (Guitarra/Coros) y Toni Toledo (Batería) estaban tocando en “casa”.
Pasaron a dar un descanso a los músicos y quedarse Eva Y Juan en la intimidad del auditórium, en el que pareciese que hubiera llegado la calma tras el paso del Huracán Eva y con “El mundo al revés”, en acústico pasaron a una parte del concierto más relajada musicalmente que fue poco a poco en crescendo, en la que tocaron temas como “Olvido”, de su nuevo LP con prefacio de Eva comentando que olvida cosas: como felicitar el año en la primera canción (risas y aplausos), y algún comentario más que se le pasó, pero con cierta gracia, y es que como “van como locos” subieron el ritmo y pasaron a tocar “En solo un segundo”. Los instrumentos entraban y salían en una y otra canción sin quedarse nunca dentro del escenario para no romper la estética de un lugar tan bello como el auditórium. “En tan solo un segundo” y (perdón por mi ignorancia de no saber llamarlo de otra manera) Eva y Jaime hicieron girar dos sogas de cuero con luminiscencias para crear el efecto de sonido (aunque una se le partió a mitad de intro dejándola con cara de “porque a mí” estropeando el ambiente que estaba generando con sus experimentos instrumentales y visuales en el escenario), al introducir una de las canciones que mejor explotan el poderío de la voz de Eva, que estremece el alma al oír sus desgarradoras subidas de escala vocal. Pero no se queda aquí la habilidad de Eva, también se pude notar en el uso de los instrumentos y su capacidad para introducir elementos nuevos, dándoles más grandilocuencia, cual Sheldom Cooper probando leyes físicas. Eva termina con un final ecléctico modulando las ondas a las manos de su Theremín.

Un recinto con un sonido impecable, un juego de luces y proyecciones grandiosos para crear distintos escenarios y ambientes que a pesar de parecer que no existiese por su ausencia a simple vista, además de un Juan Aguirre centrado en la parte más musical y rockera del nuevo álbum, dejando la parte de coros al ex vocalista de Sexy Sadie: Jaime junto con los acompañamientos de guitarra, sumado a una Eva imparable como un Huracán, en ocasiones provocadora y en otras suave cual brisa en un día de verano que esperas no termine nunca, hicieron el deleite de los presentes (adultos , jóvenes y niños) tras un directo compuesto por un total de nada menos que 25 temas.