Crónica Berlinale 2012: "A Moi Seule" las mejores intenciones

Suena la alarma. Las dos propuestas oficiales de nuestro primer día comparten el mismo problema. Ni una ni otra saben plasmar sus buenas intenciones en una buena película. Y lo peor de todo es que, vista por encima la sección reina, corremos el peligro de que pueda convertirse en un rasgo común de esta Berlinale. Un nuevo ejemplo de ello nos lo ha dado "A Moi Seule".

¿De qué va?

Una joven aturdida se sienta en una remota parada de autobús observando la imagen de una niña desaparecida: es su propia foto. 8 años atrás Gaëlle era secuestrada y totalmente arrinconada del mundo real. Ahora, le tocará lidiar con la asimilación de su traumática experiencia y su extraña nueva libertad. Así es como asistimos a losflashbacks que nos muestran los ocho años de cautiverio de nuestra protagonista por un lado y al enfrentamiento que Gaelle tiene con el mundo real por el otro.

¿Quién está detrás?

Con una ficción y un documental en su haber, "A moi Seule" significa la tercera película en la filmografía de un, hasta ahora, desconocido Frédéric Videau.

¿Quién sale?

La víctima es Agathe Bonitzer y sin duda, es también lo mejorcito de la película. Él, Reda Kateb, nos suena por ser secundario en "Un Profeta".

¿Qué es?

"Michael" + "Un Veneno Violento"

¿Qué ofrece?

Un prometedor inicio que desemboca en una absoluta decepción. Empieza de forma contundente, con un atronador acompañamiento musical y una presentación de personajes sorprendentemente voraz. Lástima, esta potencia pronto acaba por diluirse, concretamente, a los cinco minutos de comenzar la película. De lo poco positivo que podemos destacar, además de su ominipresente banda sonora, la curiosa relación que surge entre raptor y víctima. Aquí no hay los esperados abusos sexuales o las habituales agresiones físicas, lo que si que se da es un sorprendente cambio de roles que, por ejemplo, le lleva a ella a obligarle a tener relaciones sexuales a él, quien, llevándonos ya al terreno de la redundancia, aspira a que algún día logre enamorarla. En lo negativo, destaca el latente naufragio del guión en la difícil tarea de intentar trasladar los efectos que semejante trauma puede causar en una adolescente. Su carácter emocional nunca llega a conmoverme ni tampoco a incomodarme, y tratándose del tema que trata, mala señal. Más de lo mismo para un guión que a pesar de pequeños destellos subversivos acaba adoleciendo un latente maniqueismo melodramático que acaba por llevarme a mirar la hora en mi reloj. Aún quedan tres cuartos de hora. Si la anterior ya era mala señal, esta es aún peor.