Crónica Berlinale 2012: "Barbara" la vida de ella

Si "Dictado" es la gran esperanza española en la Sección Oficial de la Berlinale,"Barbara" también lo es para los alemanes gracias a una conmovedora historia maravillosamente protagonizada y fenomenalmente rodada que, sin embargo, me ha dejado más frío que a la salida del cine, y eso que seguimos entre cinco y diez grados bajo cero. ¿Razones?.

¿De qué va?

Verano del 80' en Alemania del Este. Bárbara es una doctora que ha solicitado la emigración al Oeste, lo que le lleva a ser condenada por la Stasi a ejercer su profesión en un pequeño poblado de provincias. Jörg, su novio del Oeste, se encuentra ocupado planeando su escapada por lo que su estancia en es lugar de ninguna parte se convierte en un juego de espera para Bárbara. Su nuevo piso, los vecinos, el verano y la vida rural no ofrece mayores atractivos, y pot más que se implique atentamente con todos sus pacientes y sea seducida por su pediatra jefe André sigue pensasndo que su verdadera vida está aún por llegar.

¿Quién está detrás?

Profeta en su tierra. Tras "Gespenster" (2005) y "Yella" (2007), "Bárbara" significa la tercera incursión del alemán Christian Petzold en la Sección Oficial de la Berlinale.

¿Quién sale?

La que probablemente e se lleve el Premio a la Mejor Actriz del festival. Es Nina Hoss, a quien también le vimos en "Jerichow". Le acompañan Ronald Zehrfeld y Rainer Bock ("La cinta blanca").

¿Qué es?

La vida de los otros + Entre nosotros

¿Qué ofrece?

Una película para todos los gustos; con su correspondiente misterio, su inevitable carga melodramática, el típico romance de turno y un heróico desenlace destinado hacer las delicias del público en general pero también ha dejarme en ascuas a mi en particular. Y lo afirmo muy a pesar de su excelente dispositivo formal y la maravillosa interpretación de una protagonista llena de misterios sin resolver. Ni el uso de una saturada y vigorosa paleta de colores que por fin rompe la austeridad formal a la que nos tenía acostumbrados el cine alemán histórico, ni la maravillosa interpretación de Nina Hoss, logran romper la insalvable distancia que me acaba separando de un relato cuyo desenlace ofrece todo lo que el espectador más deseoso de que le toquen la fibra pueda esperar. ¿Conclusión? que nadie se extrañe si representa Alemania en los próximos Oscar.