Revista Cine

Crónica Berlinale 2012: "L'Age Atomique" tristes noches de neón

Publicado el 18 febrero 2012 por Fimin

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Ha sido otro de los pequeños descubrimientos de la Berlinale, y pequeño solo por su duración, no más de 67 minutos, por su directora, la jovencísima debutante Helena Klotz, por sus desconocidos actores, los adolescentes Eliott Paquet y Dominik Wojcik, y por los pocos medios con los que está rodada, una cámara, 5 localizaciones contadas y una sola noche que se basta para construir una avasalladora atmósfera mediante la cual se revela toda su esencia. Por lo demás, "L'Age Atomique", resulta una gran película y un inmejorable vehículo para hacer palpables las frustraciones y la melancolía que tanto caracterizan la adolsecencia posmoderna. Sexo, drogas, música disco y una profunda tristeza. Estos son los ejes principales que sustentan la ópera prima de un nuevo nombre a tener en cuenta.

¿De qué va?

"L’Age Atomique" nos traslada un viaje a través de la vida nocturna de París cuyo único objetivo es el más absoluto placer pero cuya única meta no es otra que el inevitable abandono y la más absoluta desilusión. Es el trayecto que siguen Victor y Rainer en el momento que toman un tren destino la claustrofóbica noche de París en general y el artificial paraíso de una discoteca en particular. Lo que buscan es sexo drogas y música disco y lo que se acaban encontrando no es más que el olvido.

¿Quién está detrás?

Tras un corto, un documental, una tv movie, y ser asistenta de casting en "Un veneno violento", Hélena Klotz aborda su debut en el largometraje pero en corto, porque solo dura 67 minutos. Y aunque muchos lo podáis pensar y por su película pueda parecerlo, no, Helena no es la hija de Nicolas Klotz.

¿Quién sale?

Los jóvenes Eliott Paquet (como si de un joven Jean Pierre Leaud se tratara) y Dominik Wojcik.

Crónica Berlinale 2012:

¿Qué es?

Low Life + Gerry

¿Qué ofrece?

Mejor sería empezar por lo que no ofrece. Aquí no hay la paradisíaca y luminosa noche parisina ni tampoco la alegría, el humor, y menos, el buen rollo que podríamos esperar de una película con semejante carta de presentación. Lo que si que hay, en cambio, es un profundo viaje al más oscuro existencialismo juvenil, empapado de brutal tristeza y absorbente melancolía en el que el tedio extremo y la más absoluta frustración de los personajes que la transitan acaparan todo el protagonismo. Hay agresiones (más verbales que físicas), violencia (mucho más latente que dinamitada) y erotismo (mucho más sugerido que explícito), además de conversaciones y monólogos llenos de turbadora poesía. Les vemos bailar, pero lo hacen solos y desbocadas, huyendo de la condena que supone su vida como si de Mathieu Amalric en "La Cuestión Humana" se tratara, les escuchamos hablar, pero no hacen más que lanzar las palabras al vuelo, como si no hubiera nadie quien les escuchara. Todo ello en únicamente 67 minutos, envueltos por una omnipresente y poderosa banda sonora y una cámara que se mueve como pez en el agua por la oscura noche parisina. Es "L'Age Atomique", una película que nos evoca las figuras de Nicolas Klotz, Gus van Sant o incluso Robert Bresson, con un final tan poderoso como desolador, deudor de "Gerry" y que seguro, si la vida en Gijón siguiera igual, lo viviríamos de primera mano en su 50 aniversario.


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