El viernes 23 de septiembre de 2016 era la fecha elegida para poder escuchar a la banda HECHIZO, un más que digno tributo a los ya extintos HÉROES DEL SILENCIO, el mítico grupo zaragozano que reventó las tiendas de discos hace ya unas décadas, sobre todo en los años noventa del siglo pasado.
El lugar elegido era la sala THE COFFE DREAMS, local interesante en El Puerto de Santa María que ya visitamos tras la actuación de Kurt Baker y Handicap. Escenario trabajado y con buena acústica que esconde un recinto alargado paralelo a la barra y que presentaba un magnífico aspecto, lo cual celebramos pues siempre es una alegría ver que el público responde ante una iniciativa como esta. La zona merece una programación musical durante el año pero es fundamental que la gente entienda como funciona este negocio y acuda masivamente. De esa forma todos estaremos contentos.
A eso de las 23:45 comenzaba su directo este quinteto jerezano formado por las dos guitarras de Jota Mascarell y Antonio Marín, la base rítmica conformada por Francisco Casares al bajo y Alejandro Cascales a la batería y Salva Recandoller a la voz. Tienen actitud, y aptitud, ya que musicalmente clavan el sonido de los aragoneses y su vocalista fue de menos a más, aunque tras unos primeros temas cantados con solvencia pero en un tono más pop de lo que hacía Enrique Bunbury fue llegando sin que nos diésemos cuenta a reconocer el peculiar toque vocal de este artista que este verano pudimos ver por estas tierras tan meridionales en el festival NO SIN MÚSICA y que nos narró con su habitual buen hacer Belen Peralta.
Comenzaron fuerte con “Iberia sumergida” a la que siguió “Rueda, fortuna” y dos platos fuertes como “Deshacer el mundo” y “Sirena varada”. En ese momento todo la gente que presenciaba el concierto ya se encontraba ganada para la causa, cantando las canciones y disfrutando de lo que estaba viendo y escuchando encima de las tablas. Además Salva aderezaba el paso entre tema y tema con alguna anécdota de sus referentes y a que tributan y realizando una labor de “front man” encomiable. “Los placeres de la pobreza” dejaba paso a “Oración” y “Nuestros nombres”, los primeros cortes que interpretaron del “Senderos de traición”, nuestro disco preferido de los maños, no solo por su talento sino por haber sido fundamental en nuestra vida para los que ya tenemos más inviernos de los que nos gustaría y recordamos esos primeros años de universidad, si alguna vez la hemos logrado, en noches muy poco cristianas en un Madrid que hoy se antoja lejano, nostálgico e innacesible cantando esas canciones como un grito desgarrador del paso de la adolescencia a la primera madurez. Nos llevaron a esos territorios que los portugueses llaman “saudade” y solo por ello se les agradece su buen hacer con el repertorio. Tras “Opio” llegaba un breve descanso de unos quince minutos para tomar fuerzas bebiendo una de las diferentes cervezas que ofrecen el The Coffe Dreams y seguir las evoluciones del grupo. En la noche portuense sonaba “El estanque” y de forma seguida el corte que da nombre a la agrupación; “Hechizo” que bordaron, a pesar de ser una locura para el vocalista, pues las estrofas se unen unas a otras sin apenas descanso para tomar aire. Magistral su versión. Y si es compleja la anterior enlazaron con “Entre dos tierras” y la apoteosis en la sala de la Ribera del Río era evidente. “Despertar”, “La chispa adecuada”, “Mar adentro” confirmaban las
buenas sensaciones y dejaban paso a “Decadencia”, que no es sencillo escucharla en los tributos a Héroes del silencio, cosa que hay que agradecer a los de la localidad más extensa de la provincia gaditana pues como se puede comprobar su repertorio tiene algunas “delicattessen” dignas de encomio. Con “La carta” y “Avalancha” tuvimos que dejarles por un compromiso inexcusable pero tengo la impresión que su solvente directo tocaba a su fin. Es lo malo de comenzar los conciertos tan tarde, me ha sucedido más de una vez que cuando uno tiene otros planes es complicado compatibilizar una cosa con otra. Espero que algún día la puntualidad sea la razón de ser en un directo, pues entiendo un pequeño tiempo de cortesía pero no retrasos de más de media hora. Otra cosa que debemos aprender.Por José Luis “El Director”.