Sábado 9 de diciembre era la fecha elegida para una reunión que llevaba años gestándose, ya que con el nombre de “Pumpkins United” se volvían a juntar las “viejas glorias” de Helloween, quizás el grupo más representativo del “power metal”. Así que el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, ahora bautizado como Wizink Center presentaba un aspecto estupendo, prácticamente lleno y donde desde horas antes de la apertura de puertas se podía ver gente en los alrededores.
Un recital de algo más de tres horas, con múltiples virtudes y algunos (los menos) defectos. En el aspecto de los “debe” hay que decir que el escenario era simple, en forma de media luna y con pasarela hacia el público y un juego de luces sencillo, nada espectacular pero eficaz. La pantalla del fondo emitía imágenes durante las canciones pero entre ellas aparecían unas animaciones en forma de calabazas presentand a miembros del grupo con algún objeto característico. Al principio resultaba simpático pero pronto acababa siendo repetitivo y algo infantil, aparte de alargar de forma innecesaria, por lo que si eliminamos esto, el tiempo entre bises y algún solo con media hora menos hubiese bastado, además las tres guitarras en algún instante sonaban menos conjuntadas de lo ideal, aunque el sonido fue bueno en líneas generales y se puede calificar de éxito espectacular el paso por España de los teutones, con un Kai Hansen liderando las seis cuerdas y un Michael Kiske y Andi Deris bien de voz, y con el añadido de Deris de hablar un correcto español y por lo tanto dirigirse al público en perfecta comunión.
Comenzaron por “Halloween”, tras la “intro” de Robbie Williams, primera de las diez que interpretaron de los “Keeper of the seven keys”, junto a “Dr. Stein”, donde Deris y Kiske se encontraban juntos en el escenario para dejar solo a Kiske en “I´m alive”. Ya con Deris en solitario llegaban las primeras no pertenecientes a los discos más emblemáticos de los teutones con “If i could fly” y “Are you metal?”, aunque volvía Kiske y los “Keeper” con “Rise and fall”. Tras “waiting for the thunder” y “perfect gentleman” llegaba el momento de lucidez de Kai Hansen cantando un “medley” de tres canciones y como “postre” “Heavy metal (is the law)”. Una serie que continuaban Kiske y Deris, unidos y separados con “Forever and more (Neverland)”, “A tale that wasn´t right” y “I can” que enlazaba con un solo de batería muy especial, enlazando el de Dani Löble con imágenes grabadas del fallecido Ingo Schwichtenberg. “Livin´aint no crime” y “A little time” dejaban claro la enorme voz de Kiske dejando paso a Deris con “Why?”, “Sole survivor” y “Power” y ya con los dos en escena llegaba el primer cierre con “How many tears”. Primera tanda de bises con “Eagle fly free”, donde se notó sufrir a Kiske hasta el primer estribillo y espectacular “Keeper of the seven keys” y una segunda que comenzaba con un solo de Kai Hansen y un “fin de fiesta” antológico con “Future world” y “I want out” para un concierto inolvidable que tardará tiempo en olvidarse.
Por José Luis “El Director”.