En La Caravana del Rock lo prometido es deuda y por supuesto no podían faltar nuestras impresiones acerca del No Sin Música 2015 en forma de crónica. Ya sabéis, criaturas caravaneras, que nos encanta empaparnos de todo para ofreceros nuestra visión con la perspectiva de unos días para saborearlo, asentarlo y digerirlo. Sensaciones magníficas las que nos han traído el No Sin Música que, cada año, va a más, y con importantes novedades que, estábamos completamente convencidos, no nos iban a defraudar… como así fue. ¡Abrochaos los cinturones de La Caravana que arrancamos!
2 DE JULIO: TOMANDO CONTACTO Y UN POCO DE TODO
Esperábamos con impaciencia este primer día, que suponía el arranque de tres jornadas de un festival que ya está más que rodado (a pesar de su relativa juventud: esta ha sido su tercera edición). De dulce, de diez. Los organizadores han pasado con nota el tremendo esfuerzo de decenas de meses que supone gestionar un evento de estas características: desde ofrecer un cartelazo impresionante (y muy surtidito) con artistas como Vetusta Morla, Dover, Elefantes, M Clan, Furia, Arizona Baby, MADE Rock on Planet, Homeless, Julio Cable, Campello o Los Hermanos Dalton, hasta un gran servicio de bebidas —incluyendo mojitos y Jägermeister—, stands de ropa hippie, gafas de sol o productos eróticos J, y comida caravanera J —de la que hablaremos más adelante—, pasando por seguridad, equipos médicos y del prensa y comunicación, que se han portado de forma genial. (¡Saludito especial a Julio y a todo el equipo! ¡De categoría!)
En La Caravana del Rock nos olvidamos del impagable acierto del traslado del No Sin Música al muelle de Cádiz (en Cádiz no se dice puerto, sino muelle, si no quieres que preguntando por él te manden a El Puerto de Santa María J): mucho más espacio, dos escenarios con una sincronización perfecta: en cuanto
acababa la actuación de un grupo en uno, comenzaba la de otro en el stage hermano (solo tuvimos que esperar un poco antes de Vetusta), stands que ofrecían distintos productos festivaleros J y encima justo al lado del mar… Además, el cambio de fecha nos ha beneficiado con respecto al año pasado, pues todos nos acordamos de la sorpresiva lluvia del 21 de junio. Sí, el calorazo de julio, pero siempre hay mojitos o abanicos para sobrellevarlo, así que… ¿quién da más?LO DICHO: UN POCO DE TODO
Antes de comentar nuestras impresiones sobre lo que se vivía en ambos escenarios (Cruzcampo stage y local stage), contaros un poco cómo estaba aquello organizado. A un lado del escenario grande estaba la zona vip de artistas con sus correspondientes camerinos portátiles y la zona vip de prensa y otros invitados. En medio, una barra atendida por nuestros pelicaneros favoritos: Loles, Pablo, Sandra… que, como siempre, nos sirvieron de maravilla y con la mejor de sus sonrisas. Un gustazo de personal que siempre está dando el callo. ¡Felicidades, Fali!
A un lado de la inmensa explanada del muelle, las barras. Como el año pasado, con la ingeniosa y ecológica idea de la fianza de vasos, tal y como os explicábamos aquí: por un euro, te podías llevar un vaso que ya se está convirtiendo en oscuro objeto deseo de coleccionistas —damos fe porque peña que no pudo ir nos encargó más de uno. Minipunto de nuevo para una organización que sigue apostando por la sostenibilidad.
JUEVES, 2 DE JULIO: EL BUEN ROLLITO DEL KANKA, LUBRICANTES Y CUPCAKES
El cartel este año era tan denso y bueno, con tantos artistas, que nos saldría una crónica kilométrica si narráramos con absoluto detalle todo lo que allí vivimos, que fue mucho y bueno, así que intentaremos resumir en la medida que podamos. Gran acierto a nuestro juicio comenzar con la frescura y alegría de El Kanka: un maestro del buen rollo que animó al personal con una complicidad que nos encantó. “Lo mal que estoy y qué poco me quejo” o “A desobedecer” fueron coreados por todos, no solamente por sus fans. Nos encantó, y fue una manera muy divertida de empezar una jornada atípica, porque no nos digáis que no lo fue
arrancar con El Kanka para luego seguir con la electrónica de Carlos Jean, Martín Alonso (¡te queremos tela, Fernando!)o Lollypop. Un cartel original pero que funcionó a la perfección. Teníamos ganas de No Sin Música y ya estábamos calentando motores.A la hora del papeo, cuando el gusanillo nos empezaba a morder en el estómago, teníamos a nuestra disposición distintos tipos de comida en unas preciosas caravanas de Bigott, unas food trucks que seguirán funcionando este verano por festivales próximos como el Sonorama y muchos más, y ofrecían desde hamburguesas a tapas, pasando por unas buenísimas pizzas (desde aquí saluditos a Esther y Nico, que se lo prometimos:)… y hasta gofres y coloridos cupcakes en una food truck que era una cucada. Momento “sweet” de la crónica
Por si el hambre no era suficientemente saciado con hamburguesas o tapas, y teníamos más hambre —pero de otro tipo—, podíamos comprar vibradores, condones y lubricantes sabor a sandía o a nubes de chuche en un puesto, Aixa sensual boutique, visitado sobre todo por el género femenino, aunque no eran pocos los chicos que se acercaban. Nos encantó la naturalidad con la que las simpáticas Aixa y su compi nos atendieron. Una empresa gaditana que lleva abierta solamente meses y a la que le deseamos lo mejor. Se lo merecen. Por cierto, qué rico el lubricante sabor a nubes
VIERNES, 3 DE JULIO
LOCAL STAGE
Tras el arranque del primer día, nos metimos en faena con las actuaciones que se iban sucediendo entre los dos escenarios instalados, el Cruzcampo (espetacularmente grande), y el local stage, más íntimo por su cercanía, en una perfecta sincronización, como hemos contado antes. Los Oudry, grupo gaditano, tuvieron el honor de abrir el No Sin Música el viernes, bajo el sol de justicia de primeros de julio. Nos importó poco el calor porque ofrecieron una gran actuación con mezcla de estilos y con un broche de oro: la colaboración de Merche Corisco, nuestra querida reina del “optimusic”, una de las mujeres más divertidas y con buen rollo con la que nos hemos topado nunca. Por cierto que posteriormente tuvo el detallazo de acercarse hasta nosotros en la zona vip de prensa para darnos un fuerte achuchón. ¡Te queremos, Merche! Por ese mismo escenario fueron pasando a lo largo de la tarde Malucos, cuyo rock argentino, donde se mezclaban temas bastante populares con otros menos conocidos, fue muy celebrado por todos, Más madera (rock clásico del bueno e interpretado con gran maestría, logrando una excelente conexión con la peña, incluso con las canciones que estrenaban de su último disco, al que auguramos un excelente futuro), Inadaptados (punk rock con letras ácidas, reivindicativas y escritas para no dejar indiferente a nadie), o Suomo, un curioso pero efectivo remate para cerrar las actuaciones en el local stage. Y decimos curioso por el contraste entre el tono rockero de los grupos anteriores, y efectivo por la electrónica elegante y suave mezclada con toques poperos de este grupo que en ciertos momentos nos recordó a Depeche Mode —o incluso a Roxy Music— pero por supuesto con su propio sello. Nos encantaron, sí. Buen final para la jornada del viernes en el No Sin Música.
CRUZCAMPO STAGE
Por otra parte, fueron nuestros queridos Furia los encargados de estrenar el majestuoso y enorme escenario Cruzcampo con una calidad que se va afianzado por momentos. Qué grandes Goli y Nur junto a su banda. Guapa a reventar Nur, y por supuesto tan efectiva como siempre con su guitarreo potente. Cañero Goli como frontman, y dándolo todo. Furia nunca defrauda y ese día, menos aún. Chapeau! Los tres barbudos de Arizona Baby fueron los encargados de continuar en dicho escenario (volvemos a recordar el acierto de ir alternando las actuaciones en los dos, el grande y el pequeño), con un folk con toques entre indie y hipster que nos encantó. Un rock acústico de muchísima calidad en el que no faltaron temas de su nuevo trabajo. Nos quedamos con la duda de si Javier y sus muchachos no pasarían demasiado calor con esas barbas y melenas, dado que estábamos esa tarde a muchos grados. Yo creo que lo disfrutaron tanto que ni se dieron cuenta si es que fue así.
Como ocurrió en las anteriores ediciones del No Sin Música, Miguel Campello se metió a la peña en el bolsillo con su descaro y desparpajo en el escenario (con su clásica voltereta hacia atrás incluida). El Bicho lo dio todo, y seguro que repetirá el año que viene, porque ya parece tradición que visite a la ciudad gaditana en el NSM. Que sepas que siempre serás bienvenido. Nos encantas.
Máxima expectación ante la esperada actuación de los M Clan, que, por supuesto no defraudaron. Qué poderío, qué manera de llenar el escenario tanto por presencia como por la calidad de su rock elegante que nos cautiva. Todos sus temas fueron muy celebrados, pero especialmente de vellitos de punta fueron los más conocidos, “Llamando a la tierra” y “Carolina”. Impresionante Carlos Tarque, con una chaqueta roja que se quitó a la cuarta canción. A más de una no nos hubiera importado que se hubiera despojado de alguna prenda más, sinceramente. Ay, la huerta murciana, qué buenos productos da. Y el broche, más que de oro, de platino, lo puso Mala Rodríguez. A pesar de que era día laborable (ya para muchos había empezado el tiempo de vacaciones, de todas formas), la explanada del muelle, a pesar de algunos claros, seguía repleta de un público hambriento de rap reivindicativo y descarado de esta mujer. Magnífica, todo un lujo para un cartel de un festival que no estaba defraudando en absoluto. Y la tercera jornada os la contaremos en otra crónica…
©Belén Peralta, 2015, para La Caravana del Rock. Todos los derechos reservados.
Fotografías propiedad de Jarrett Abucha y de la autora.