El "Milagro" es un nuevo retrato infantil cuyo punto de partida apunta a drama pero acaba siendo una refrescante (y estupenda) comedia llena de positivismo y exenta de cualquier tipo de recurso facilón que nos pueda tocar la fibra por la vía rápida. Tierna, honesta y rebosante de buen humor y sentimiento, el "Milagro" de Hirokazu Kore-eda se revela como una enternecedora y divertida fiesta infantil que funciona como perfecto contrapunto a "Nadie Sabe."
¿De qué va?
Koichi vive con su madre y abuelos en Kagoshima, al sur de la isla de Kyushu. Su hermano pequeño, Ryunosuke, vive con su padre en Hakata, al norte de Kyushu. El divorcio de sus padres les ha separado, pero Koichi solo desea que vuelvan a estar juntos. Cuando se entera de que un nuevo tren bala a punto de inaugurarse unirá las dos ciudades, empieza a creer que ocurrirá un milagro en el momento en que los trenes se crucen a toda velocidad.
¿Quién está detrás?
Es sin duda uno de los grandes maestros del cine oriental, el responsable de dos de las mejores obras que la cinematografía asiática nos ha brindado los últimos años, y por descontado, una de las principales estrellas de filmin. Él es Hirokazu Kore-eda, sus obras maestras, un sublime y desgarrador poema cinematográfico sobre el desamparo juvenil y un portentoso retrato familiar insipirado en los "Cuentos de Tokio" del maestro Ozu. En otras palabras, "Nadie Sabe" y "Still Walking."
¿Quién sale?
Los hermanos Maeda, elos son los reyes absolutos de la función. Kore-eda se quedó asombrado por el potencial de los dos niños y decidió cambiar el guión. Entonces no sabía que los niños eran cómicos profesionales.
¿Qué es?
Yuki & Nina + Cuenta Conmigo
¿Qué ofrece?
Es la respuesta luminosa a "Nadie sabe." Si con su anterior obra maestra nos retorcía de sufrimento, ahora, más de lo mismo pero con humor, con un punto de partida que podría respirar dramatismo y pesimismo por los cuatro costados pero que sin embargo emana optimismo y buen rollo en todos los sentidos. ¿Estamos ante la película más accesible de Kore-eda? Posiblemente, pero también estamos ante un entrañable y conmovedor retrato de la ausencia familiar en la infancia. Tierna, fresca dinámica y perfectamente modulada en todos los aspectos (desde su espontáneas interpretaciones a un vigoroso uso de la cámara y el apoyo musical), "Milagro" tiene claro, al igual que "Nadie sabe," que los niños son el verdadero motor de la película (prueba irrefutable de ello es que nunca vemos un adulto en primer plano). Ambas diferenciadas por su tono, pero ambas hermanadas por el eje principal que caracteriza toda su obra; la ausencia familiar. El verdadero "Milagro" de Kore-eda significa que estamos ante uno de los cronistas familiares más certeros y polivalentes del cine contemporáno. Una genialidad más al bote.