Tras dejarnos boquiabiertos con el sorprendente gamberrismo fantástico de "Los cronocrímenes," Nacho Vigalondo se adentra esta vez en un territorio romántico poblado por ovnis, extraterrestres y sobre todo, estrambóticos personajes, que ha sabido explorar con ingenio para regalarnos una explosiva comedia marca de la casa. Pero no nos equivoquemos, "Extraterrestre" es una película pequeña, con pocos actores y localizaciones, y menos de un millón de euros de presupuesto. El resultado, sin embargo, es grande, por no decir enorme.
¿De qué va?
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¿Quién está detrás?
Su twitter echa humo, su blog fue vetado por El País, su nombre es Nacho Vigalondo, sin duda, uno de los nombres que más suenan en el actual cine español. Ya ha estrenado 'Los Cronocrímenes' , además apunta a Hollywood mientras define futuros proyectos de misterio, romance y ciencia ficción. Su corto "7.35 de la mañana" fue nominado al Oscar en 2005. Ahora, de momento, vuelve a invadirnos con "Extraterrestre."
¿Quién sale?
Parecía que el amor lo pondrían Julían Villagran ("Bajo las estrellas") y Michelle Jenner ("No tengas miedo"), y el humor, Carlos Areces y Raúl Cimas (o lo que es lo mismo, Muchachada Nui) pero no es el caso, en "Extraterrestre" reímos con todos, incluso con las pelotas de tenis.
¿Qué es?
La invasión de los ultracuerpos + La Comunidad (casi, sin vecinos)
¿Qué ofrece?
Ciencia ficción que envuelve pero no se ve, amargura que se palpa pero que no profundiza y un amor que surge pero que no acapara en una comedia con la que, ahora sí, uno se ríe, se sorprende y la disfruta. Así es el cine de Nacho Vigalondo, así es "Extraterrestre," una película de humor (supuestamente) romántica en la que ni tan siquiera una invasión alienígena ni unos enormes ovnis desvían la atención de sus protagonistas respecto a sus frustraciones personales. Todo es un mero dispositivo para profundizar en el interior de unos personajes entre los que ninguno parece lograr ser lo que realmente quiere llegar a ser, y en esa ambiguedad, es donde precisamente reside el verdadero distintivo (entre otros muchos) de una cinta que logra demostrar lo que Kim Ki-duk quiso, pero no pudo conseguir con la irrisoria "Amén."
Tres semanas de rodaje, un reducido presupuesto y unas pocas localizaciones son ingredientes más que suficientes para montar un original dispositivo cinematográfico en el que el humor, la fantasía, los ovnis y (quizá) los extraterrestres puedan campar a sus anchas y trasladarnos una estrambótica trama llena de sorpresas, giros y sobre todo, buenas risas. La esencia Muchachada y unas pelotas de tenis tienen gran parte de la culpa, el resto, es cosa de Nacho Vigalondo, algo que desde luego, no está al alcance de cualquiera.