Con mayor o menor acierto, con atino o desconcierto, la desoladora cartografía que nos dibuja la 60 edición del Zinemaldi incluye caminos comunes transitados por suicidios, incestos, abandonos, enfermedades terminales o incluso, madres de alquiler. Y es, precisamente en esta última y escabrosa ruta donde nos encontramos con pasajeros como Sergio Castellito y su esperpéntico "Venvenuto al Mondo" o Emily Tang y su estimable y contenida "All Apologies".
¿De qué va?
Una aldea en el sur de China. Yu y Man son padres de una hija, Yaya, mientras que sus vecinos más ricos, Cheng y su esposa Zhen, tienen un hijo, Zhuang. Cuando Zhuang muere en un accidente de tráfico a bordo del motocarro de Man, la pareja pobre se verá obligada a compensar a la pareja rica gestando un nuevo hijo debido a la infertilidad de ella.
¿Quién está detrás?
Emily Tang, una vieja conocida Locarno y San Sebastián, cuya "Perfect Life" fue incluída en la retrospectiva "Sombras digitales" del pasado año.
¿Quién sale?
"All Apologies" es cosa del cuarteto formado por Cheng Taishen, Tang Shuting, Liang Jing, Gao Jin
¿Qué ofrece?
Una referencia imprescindible para todo aquel que tenga la intención de armarse con una cámara y enfrentarse a la recreación de una historia basada en hechos reales. Tanto las acciones y el devenir de los hechos resultan extremadamente perversos y escabrosos en “All Apologies”, sin embargo , la mirada de la directora marca una sutil distancia a través de una narrativa que constantemente navega con mesura, tacto y extremo rigor, evitando y sorteando a través de su narrativa y dispositivo formal la morbosa grandilocuencia que podría acarrear todo tipo de subrayado o efectismo en el que podría caer un historia que trae consigo violaciones y embarazos no deseados de por medio.
Pero no, por suerte no es el caso de una Emily Tang que acertadamente evita juzgar a sus personajes, sus acciones, ni tampoco cae en la tentación de hacer sangre de ellas, teniendo además, la capacidad de aprovechar la historia como vehículo inmejorable para ir un paso más allá y trasladar una crítica tan implícita como feroz a su país poniendo su inhumana legislación sanitaria y la retrógrada sumisión de la mujer, en el punto de mira. Prueba de ello es que hasta los créditos finales no descubrimos que es una historia basada en hechos reales, dejando en nuestras manos la posibilidad de que la sangre llegue, o no, al interior de cada uno.
Nota: 6.5 / 10
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