26 de Septiembre del 2014 | etiquetas: Festival de San Sebastián, Festivales 2014
TwittearEs otro de los grandes títulos del año. Tras ser doblemente premiado a su paso por Un certain Regard del pasado Festival de Cannes, el apoteósico documental que Wim Wenders y Julian Salgado dedican al aclamado (e igualmente controvertido) director Sebastiao Salgado se presenta entre las Perlas de San Sebastián con su merecido éxito otra vez prácticamente asegurado. Con una media que roza el sobresaliente (9), "La Sal de la Tierra" es la líder indiscutible y gran favorita a llevarse el Premio del Público. De hecho, las virtudes que pueden llevarle a ello son más que múltiples. A por ellas.
¿De qué va?
Durante los últimos 40 años, el fotógrafo Sebastião Salgado ha dedicado su vida a viajar a través de los continentes, siguiendo los pasos de una humanidad que no ha dejado de cambiar. Ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia reciente: conflictos internacionales, hambre y éxodos. Ahora, ha decidido embarcarse en el descubrimiento de territorios prístinos, de flora y fauna salvaje y grandiosos paisajes, como parte de un gigantesco proyecto fotográfico que rinde tributo a la belleza de nuestro planeta.
¿Quién está detrás?
La vida y obra de Sebastião Salgado nos es revelada por su hijo, Juliano Salgado, que le acompañó en sus últimos viajes, y por Wim Wenders, también exclente fotógrafo además de un magistral cineasta.
¿Qué es?
"El árbol de la vida" en su versión más artística, ecológica y Zen.
¿Qué ofrece?
O mejor dicho, empecemos por destacar aquello que no ofrece. Y es que, "La Sal de la Tierra" no es un manido documento biográfico únicamente enfocado a recorrer la vida y obra de uno de los fotoreporteros más famosos del mundo. Un retrato que de hecho lo plasma, aunque en este caso supeditado al esplendoroso contexto natural del que se envuelve. En este majestuoso retrato dirigido por Wim Wenders y Juan Salgado, evidentemente se traza una línea narrativa destinada a reflejar el trabajo fotográfico desarrollado por su protagonista a lo largo de más de medio siglo de trabajo (recorriendo Latinoamerica o deteniéndose en una devastada Ruanda, por ejemplo). Sin embargo, presenta una inesperada trama de evolución circular que partiendo de la destrucción y desembocando en la regeneración, se expande hacia una monumental reflexión sobre la relación entre naturaleza y la condición humana. Un esperanzador y convincente testimonio de nuestro tiempo que insufla de un necesitado halo de luz a nuestro devastado ecosistema. Es decir, "El árbol de la vida" en su versión más artística, ecológica y Zen. "La sal de la tierra" es una obra absolutamente gigantesca, tan reveladora y necesaria en su contexto socio-natural como asombrosamente emocionante y embriagadora en su vertiente sentimental. Un documental tan sensorialmente regio y excelso como visualmente hermoso y apasionado. Para vivir y experimentarlo con los pelos de punta, vamos.