Crónica Gijón 2011: Amor en tiempos de crisis

Es una de las películas que con más ansia esperábamos para este 2011. Un film que significaba la vuelta al ruedo de Nicolas Klotz y Elisabeth Perceval, responsables de poderosas ficciones como "Paria," "La Blessure" y sobre todo, "La cuestión humana," una obra maestra con mayúsculas, un film que nos dejó atónitos mediante una reflexión social que nos ponía los pelos de punta. De la mano de Mathieu Amalric, Klotz y Perceval ponían en evidencia los métodos laborales que actualmente rigen en el mundo capitalista de hoy día con los que emplearon los nazis en su momento. Pero ahora es turno de "Low Life," una nueva y descorazonadora reflexión que conecta con algunas inquietudes expuestas en "La cuestión humana" y que una vez más versa sobre la sociedad de control.

¿De qué va?

Cae la noche en París, y un grupo de jóvenes toma las calles. Revolucionarios líricos, implicados en la realidad que les circunda y que de alguna manera recogen el espíritu del sesentayocho, idealista y combativo. Entre ellos, se encuentra Carmen, a la que el amor la pondrá en una encrucijada entre dos mundos. Por un lado, la vieja y recurrente relación con Charles, joven brillante, cínico e impulsivo, que vive en la bohemia pero amparado por su odiado padre pudiente. Por otro lado, Hussain, poeta afgano sin papeles, de hechizante aplomo, que vive en una casa ocupada con otra gente en su situación. Y cuando Carmen haga su elección, las cosas se pondrán cada vez más serias para ella, en un compromiso cuya clandestinidad no le sustrae belleza y verdad. Pues la vida pasa de un alegre grito contestatario a jugarse a cada minuto el pellejo.

¿Quién está detrás?

Nicolas Klotz comenzó su carrera cinematográfica, dirigiendo documentales musicales, como Chants de sable et des etoiles (1996), y los largometrajes La nuit Bengali (1988) y La nuit sacree (1993). En 2004, fundó la productora Petits et Grands Oiseaux con la guionista Elisabeth Perceval, y juntos han dirigido La Trilogie des Temps Modernes, que comenzó en 2000 con Paria (premio especial del jurado en San Sebastián), y continuó con La Blessure (2004) y La question humaine (2007), ambas seleccionadas en la Quincena de Realizadores de Cannes. Actualmente están desarrollando dos películas fantásticas ambientadas en la Revolución Francesa: Ceremony y Les Talons rouges.

¿Quién sale?

En el reparto figuran Camille Rutherford, Arash Naimian Maud Wyler, Mathilde Bisson y Marie Kauffman.

¿Qué es?

La cuestión humana + Les Amants Reguliers + Naufragio

¿Qué ofrece?

La han vuelto hacer. Estamos ante una nueva y estremecedora reflexión social que nos conecta directamente a "La cuestión humana" por más que su dispositivo formal (condicionado por su bajo presupuesto y el uso del digital) quede lejos de ella. Así es, "Low Life" vuelve a proporcionar cobijo (aunque sea cinematográfico) a los rechazados por nuestra sociedad, llevándonos al sin sentido de las leyes que rigen la inmigración en Francia y exponiéndolas como meras herramientas para aumentar el control social, llegando hasta tal punto que es capaz de condicionar nuestros sentimientos. Es el caso del romance que vive nuestra pareja protagonista. Se entregan el uno al otro pero una fuerza invisible plana sobre este amor, generando miedo, confusión e incluso muerte. Esta fuerza viene dada por un estado policial y un sinsentido político que provoca que la felicidad de nuestras vidas llegemos a limitarla a ese espacio cada vez más reducido que es el low life, dicho de otra forma, los pequeños momentos de alegría que nos pueden proporcionar breves situaciones como es el caso de un breve pero intenso beso entre dos amantes.

Entre sus novedades, el resurgir del espíritu de Mayo del 68 unido a una deriva existencial juvenil con clara reminiscencia poética que directamente nos lleva al cine de Philippe Garrel, condimentada por unos tintes fantásticos (parece que estemos ante un fututo distópico) que elevan la denuncia social a un nuevo estatus y un agresivo acompañamiento musical a golpe de electrónica industrial que nos transmite a la perfección la sensación de ruptura y caos social que actualmente vivimos. En resumidas cuentas, una mirada, hoy más que nunca, necesaria e imprescindible para afrontar nuestra (¿nueva?) vida en una sociedad de derechas. Si de por sí, miedo me da, vista "Low Life," todavía mucho más.