Revista Cine

Crónica Sitges 2011: Deliciosas almas de metal

Publicado el 06 octubre 2011 por Fimin

En España, cinco millones de euros de presupuesto significa superproducción. Sin más. Algunos multiplican esa cifra por diez y entonces ruedan peplums histórico-religiosos que seducen a madres, hijas, abuelas y tías o cuentos protagonizados por seres de color verde ante los que cabe realizarse la siguiente pregunta: ¿habría tenido más éxito en Estados Unidos "Planeta 51" si sus personajes, como los de "Avatar", hubiesen sido azules?. En cualquier caso esta noticia no pertenece ni al film de Amenábar ni al de animación, sino a quien está llamado a relevarlos: "Eva," una clásica ciencia ficción poblada por deliciosas almas de metal. ¿Una superproducción? Mejor dicho, un fenómeno. Pasen y lean. Inauguramos Sitges por adelantado.

¿De qué va?

La nueva sensación de nuestro cine es un film futurista que no lo es tanto. Es decir, su mundo bien podrá ser el nuestro en un par de años. En el universo de "Eva" hay nieve, mucha nieve, y allí, dejando sus huellas, un puñado de robots y unos cuantos profesores. Los primeros parecen humanos, los segundos siguen investigando para conseguir que se parezcan más. "Eva" es una historia de amor o, mejor dicho, varias historias de amor con una muerte en común.

¿Quién está detrás?

La antes emergente, ya referente, productora Escándalo, es quien pone el sello, el debutante Kike Maíllo, quien pone el ojo. Un debutante que no lo es tanto con varios videoclips y dos excelentes (y premiados) cortometrajes a sus espaldas. Sus orígenes están en filmin. Son "Los perros de Paulov" y "Las cabras de Freud." Un genio hecho realidad. Quienes estudiaron con él saben perfectamente a que nos referimos.

Crónica Sitges 2011: Deliciosas almas de metal

¿Qué es?

Inteligencia Artificial + Beautiful Girls + Yo, Robot

¿Qué ofrece?

Kike Maíllo nos demuestra que la pretenciosidad, aunque siempre sea peligrosa, no tiene porque resultar siempre negativa. Si se sabe conceptualizar la idea con gusto, con estilo, y sobre todo, con conocimiento y mesura, adonde nos puede llevar es al exquisito universo al que nos traslada "Eva." Quien espere un ostentoso dispositivo formal o una enrevesada trama quedará defraudado. Ahora, quien pretenda disfrutar de un delicioso y sutil relato de pura ciencia ficción cumplirá sus expectativas. Se nota que su director nos habla de lo que sabe y como sabe, mediante un lenguaje clásico que no reniega de sus referencias y una puesta en escena tan sobria como magnética. En "Eva" hay amor, hay pasión, hay misterio y sorpresa, pero ante todo, lo que hay, es sentimiento, un sentimiento cuyo poder cinematográfico nos lleva a percibir supuestos trozos de metal como entrañables almas humanas. Lo dicho, la mejor forma de abarcar una idea de altos vuelos es planeando bajo. Quien no opine igual, que vea "Eva." Cambiará de parecer.


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