13 de Octubre del 2012 | etiquetas: Festival de Sitges, Festivales 2012
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A la espera de que Harmony Korine reviente el Auditorio con "Spring Breakers", el atronador "Looper" de Rian Johnson se revela en una inmejorable elección para despedir Sitges 2012. No es para menos, el director de "Brick" vuelve a la carga cargado de munición y con una premisa digna de Philip K. Dick.
¿De qué va?
En un futuro no muy lejano viajar en el tiempo será una realidad. Pero será una operación ilegal, utilizada por el crimen organizado para enviar al pasado a aquellos individuos que les son molestos. Allí, un esbirro se deshace de ellos sin dejar huellas físicas ni temporales. Joe es uno de estos asesinos a sueldo, un looper eficaz y de sangre fría; pero cuando sus jefes decidan cerrar su “línea de trabajo”, deberá enfrentarse nada más y nada menos que a su yo del futuro.
¿Quién está detrás?
Responsable de una potentísima ópera prima capaz de revertir los códigos del cine de mafia en una incomparable high school movie ("Brick") pero también de una inefable comedia llena de acción protagonizada por Adrien Brody, Rachel Weisz y Mark Ruffallo que ni tan siquiera llegó a España ("The Brothers Bloom"), Rian Johnson se la juega ahora con "Looper".
¿Quién sale?
Joseph Gordon-Levitt debe matar a Bruce Willis. ¿El problema? Bruce Willis es el propio Joseph Gordon-Levitt. Les acompañan Emily Blunt, Paul Dano y Jeff Daniels.
¿Qué es?
Minority Report + Cara a Cara
¿Qué ofrece?
Un atronador thriller de ciencia ficción cuyas principales armas no son tanto su espectacular puesta en escena (hablamos del futuro pero vemos el presente) como una buena dosis de contundente acción (a ratos deudora del efecto "Matrix"), su vertiginoso montaje y un guión elaborado y plasmado con suma inteligencia, no falto de humor negro, y con espacio suficiente para reflexionar acerca del sacrificio, la solitud y la redención. Así es como "Looper" me sumerge de cabeza en el prodigioso bucle que Rian Johnson orquestra con "Looper", la irrefutable y definitiva prueba que encumbra a su genuino director como uno de los valores más en alza de Hollywood por esa incontestable capacidad para aunar un ensordecedor artefacto de gran alcance comercial con esencia puramente autorial, algo que, precisamente, no está al acance de cualquiera.
Nota: 7 / 10