08 de Octubre del 2012 | etiquetas: Festival de Sitges, Festivales 2012
Twittear
Alabada por Variety como "un implacable, estiloso y brillante viaje a la oscuridad que confirma a su director como un gran cineasta que da forma a una joya destinada a ser debatida durante años" y encumbrada por muchos medios (principalmente británicos) como un futuro clásico del terror contemporáneo, tras su éxito en SXSW y Raindance, "Kill List" hizo temblar los cimientos en el circuito festivalero del pasado año. Razón más que suficiente para que la nueva película de su director, Ben Wheatley, se erigiera en el plato fuerte de la Quincena de Realizadores durante el pasado Festival de Cannes.
Hablamos de "Sightseers", una comedia corrosivamente macabra que, entre sus muchos logros, está el de haber arrancado el aplauso (y la carcajada) unánime de todo aquel que pudo disfrutar de ella a su paso por La Croisette...al igual que hoy en el Auditorio de Sitges.
¿De qué va?
Chris quiere mostrar a su introvertida amante Tina su mundo y quiere hacerlo a su manera, en un viaje por la profunda Gran Bretaña en su amada caravana Abbey Oxford. Odisea erótica, locura asesina, vacaciones en caravana. El viaje de Chris y Tina son estas cosas y más.
¿Quién está detrás?
Sugerente alianza la suya. Ben Wheatley une ahora fuerzas con Edgar Wright (Scott Pilgrim contra el mundo y, aquí, productor ejecutivo)
¿Quién sale?
Si alguien se pregunta como os que a Wheatley le da por rodar una comedia tras dos películas de terror, la respuesta está en sus amigos de toda la vida, Steve Oram y Alice Lowe. Ellos son quienes protagonizan y quienes escriben "Sightseers".
¿Qué es?
Un God Bless America más divertido, más estremecedor...y en definitiva, mucho más british.
¿Qué ofrece?
El retrato más extremo, tétrico y desolador posible de la desesperación humana viaja en autocaravana y además de dos espontáneos homicidas, trae entre sus pasajaeros un macabro humor negro rebosante de ironía, mala leche y articulado con brutal pulso y punzante inteligencia. "Sightseers" infunde la constante carcajada partiendo desde el lado más oscuro del ser humano, provocando que la frustración y la sensación de más absoluto fracaso se reviertan en asesinatos tan violentos y sanguinarios como cómicos y desternillante. En definitiva, un oscuro divertimento que definitivamente encumbra a su director como una de las grandes referencias del género autorial contemporáneo.
Nota: 7.5 / 10