11 de Octubre del 2014 | etiquetas: Festival de Sitges, Festivales 2014
TwittearTras su escandaloso estreno en Toronto, de ella habíamos oído que es "una historia de manimal love profundamente bizarra y extrañamente absorbente que se siente a camino entre La Mosca y La Matanza de Texas", que es también "una rareza de culto que alcanza cotas insospechadas de WTF". No nos hace falta saber más para seguir creyendo. Kevin Smith regresa a Sitges con "Tusk".
¿De qué va?
La historia de un joven que viaja a Canadá para entrevistar a un señor inválido que lo secuestra y empieza a hacer experimentos con su cuerpo. Y es que el niño en cuestión anhela convertirse en morsa. Pues eso.
¿Quién está detrás?
Con el Premio a la Mejor Película de Sitges 2012 bajo el brazo que le supuso la excéntrica "Red State", el 'bueno' de Kevin Smithvuelve a transgredir el género rey con "Tusk".
¿Quién sale?
Tras ser encumbrado Mejor Actor en Sitges también por "Red State", Michael Parks vuelve a acaparar la escena postrado en una silla de ruedas, en un demente papel hecho a su medida. Y al otro lado del ring, Justin Long interpretando el papel más degradante que probablemente jamás concebirá. Y sin desmerecer la simpática participación de un Haley Joel Osment a quien se le ve de 'buen comer', la guinda la pone un irreconocible Johhny Depp (de hecho, no consta ni en los títulos de crédito) en una paródica caracterización que directamente nos lleva al Matthew McConaughey de "True Detective". Su mejor papel en años, vamos.
¿Qué es?
Una astracanada que se mueve entre la comedia indie gamberra, la irreverencia cinéfila o referentes como "The Human Centipede", "Misery", "La Mosca", "La Matanza de Texas" o "La piel que habito". Todo en uno.
¿Qué ofrece?
La muestra de body horror más vesánica y enfermiza, pero igualmente cachonda y desatada, que la mente más gamberra y retorcida jamás podría llegar a imaginar. "Tusk" se encumbra en lo más alto su status de comedia bizarra con un planteamiento digno del más perverso torture porn, en el que no solo tiene cabida un punto de partida tan enajenadamente WTF como puede resultar la transformación de un humano en morsa a manos de un demente 'viejete' inválido, también incurre con un alto grado de inspiración en la comedia descerebrada, en aquella que precisamente más caracteríza el sello autorial del director de "Clerks". Sus irreverentes guiños cinéfilos (en los que tienen cabida "Drácula", "El Gran Lebowski" o incluso Matthew McConaughey), sus lúcidos vacileos a lo que supone ser 'intrínsicamente' norteamericano (es decir, haz el amor, pero también la guerra) en contraposición con la solera que caracteriza la identidad canadiense (ya se sabe, el ejemplo a seguir lo tienen en sus vecinos, al otro lado de la frontera), o sus constantes incursiónes en el humor más insanamente absurdo, son también santo y seña de "Tusk". Un descarriado delirio ante el que queda prohibida la indiferencia, que si por algo peca es por dilatar en exceso alguna que otra secuencia por la que, no vamos a negarlo, acaba perdiendo 'aceite'. Un contratiempo que sin embargo, teniendo en cuenta el singular y disparatado paisaje en el que se mueve, queda condonado. Y es que, lo nuevo de Kevin Smith funciona tanto como sobrecogedor terror extremo, como afilada y alocada comedia o conmovedor drama romántico. Cosa de morsas, supongo.