Revista Cine

Crónica Venecia 2012: "Fill the Void" deshojando la margarita

Publicado el 01 septiembre 2012 por Fimin

01 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2012, Crítica Twittear cronica-venecia-2012-fill-the-void-deshojando-la-margarita

Le quiero, no le quiero, le quiero, no le quiero....la decisión que la joven Shira, de tan solo 18 años, debe tomar respecto a contraer, o no, matrimonio con su cuñado tras la repentina muerte de su hermana al dar ésta a luz, es el principal (y único) eje sobre el que gira "Fill the Void", irregular ópera prima de la realizadora israelí Rama Bursthein que, por sorpresa, ha logrado colarse, y de lleno, en la pole del circuito festivalero, siendo seleccionada para competir en los festivales de Venecia, Toronto, y Nueva York, ahí es nada. ¿Las razones? hemos podido comprobarlas hoy de primera mano.

¿De qué va?

Shira es una joven judía perteneciente a una familia Hassidi, cuya hermana, embarazada y casada desde hace un tiempo con Yohai, espera un niño. El niño nace por adelantado y la madre muere en el acto, lo que abrirá la posibilidad de que Shila contraiga matrimonio con Yohai para seguir teniendo al bebé bajo custodia familiar. Todo dependerá de ella, ya que por suerte, en la cultura Hassidi los padres proponen pero nunca imponen.

¿Quién está detrás?

Alejándose de toda posible denuncia social (menos mal), el amor, las relaciones personales, y al fin y al cabo, la disección de los sentimientos y el alma humana, son los principales pilares sobre lso que se cimenta la ópera prima de la directora Rama Burshtein.

¿Quién sale?

Protagonizada por Hila Feldman, Razia Israeli y Yiftach Klein. Ninguno desentona pero tampoco es que estén para echar cohetes.

Crónica Venecia 2012:

¿Qué es?

"La Niña Santa" (en versión judía) + el reverso (salvando las distancias, claro está) de "Nader y Simin"

¿Qué ofrece?

Por el simple hecho de renovar con necesaria frescura el manido conflicto matrimonial que tanto, y de forma tan redundante, llega a los festivales desde Oriente Medio, "Fill the void" cumple con nuestras (pocas, todo hay que decirlo) expectativas. Razón más que suficiente para que su incursión en esta Mostra quede más que argumentada, más aún tratándose de una ópera prima. Si su lugar es la Sección Oficial, es ya otro cantar.

No hay duda de que Rama Burstehin juega sus cartas de forma estimablemente personal a la hora de retratarnos el profundo conflicto sentimental que supone para Shira la decisión que debe tomar. Es ella, y solamente ella (hete aquí su principal novedad) quien tiene la última palabra, y es precisamente en esta toma de decisión donde emerge un profundo sentido del dolor que transita entre contínuas y dilatadas escenas de carácter ritual (que no religioso) y un arrojado dispositivo formal que lamentablemente, abusa en exceso del uso de un constante desenfoque que empieza por sugerir y acaba por irritar. Pero mejor, quedémonos con el buen sabor de boca que al menos, nos deja un final de libre (y profunda) interpretación. ¿Si somos realmente conscientes de nuestros sentimientos?. En estos caso, ya se sabe, es cosa de cada uno. La pregunta, al menos, ahí queda.


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