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Crónica Venecia 2012: "Pieta" otra más de Kim Ki-Duk

Publicado el 03 septiembre 2012 por Fimin

03 de Septiembre del 2012 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2012, Crítica Twittear cronica-venecia-2012-pieta-otra-mas-de-kim-ki-duk

Y ya van...18. Él mismo nos lo anuncia a bombo y platillo en los rótulos de inicio del film, provocando la carcajada de una platea que se revela en el perfecto ejemplo de lo que hoy día significa asistir a una nueva película de Kim Ki Duk, un cineasta cuyo discurso parece haberse agotado hace años, pero que tan solo por ser el director de "Primavera...", "Hierro 3" o "La Isla", da la sensación que merece una eterna segunda oportunidad. Tan bella y poética como salvaje y demoledora, su inolvidable trilogía lo vale, otra cosa ya es que se le de en sección oficial de un festival como Venecia que, precisamente este año, se ha visto obligada a cerrar la puerta a gran cantidad de grandes títulos según confesaba el propio Alberto Barberá. Curiosamente, no fue el caso de Kim Ki Duk y su "Pieta". ¿Razones? Pues no demasiadas, la verdad.

¿De qué va?

Un brutal y despiadado cobrador de préstamos sin escrúpulos y solitario se ve obligado a reconsiderar su violento estilo de vida en el momento que una mujer se le presenta un día pidiéndole disculpas por haberle abandonado, asegurando que es su madre.

¿Quién está detrás?

Tras sorprender con "Arirang" en Cannes y defraudar, y de que manera, con la infame "Amén" en el último Festival de San Sebastian, Kim Ki Duk vuelve a escena con otro provocativo relato 'marca de la casa'.

¿Quién sale?

Protagonizada por Lee Jung-Jin y Jo Min-Su.

Crónica Venecia 2012:

¿Qué es?

Mother + Bad Guy

¿Qué ofrece?

Lejos, muy lejos quedan los tiempos de "La Isla," "Hierro 3" o "Primavera, verano, otoño, invierno...primavera," la época dorada de un, por aquel entonces, magistral Kim Ki Duk, un auténtico poeta visual responsable de patentar una mirada única e incomparable que lo encumbró como referencia absoluta de un nuevo cine asiático junto a Wong Kar Wai. Años de bonanza venidos muy a menos en la última década con títulos de mucho menor calado que siempre han tratado de acercarse al hermoso (¿ya saturado?) discurso del maestro coreano a través de relatos de amor imposible envueltos en un halo nutrido de realidad y fantasía o descarnadas fábulas marcadas por el contenido existencial de sus historias.

Y precisamente en este segundo grupo es donde podríamos incluir "Pieta", otra retorcida y violenta fábula con delincuencia y extremos traumas familiares de por medio, que, pese a no llegar al desastre de "Amen", y es más, significar, quizá, la mejor película de Kim Ki Duk en los últimos años (con permiso de "Arirang", claro está) no logra conmoverme, perturbarme, ni emocionarme en ningún momento de sus 100 minutos de metraje. Ni algún que otro sorprendente giro de guión, ni su sobrio estilo visual o su indiscutible (que no distinguida) belleza fotográfica, logran reactivarme el interés por un cineasta que parece haberse emborrachado de si mismo y no es capaz de levantar cabeza de la permanente resaca en la que parece vivir actualmente. Y menudo resacón, vamos. Quien antes nos dejaba sin respiración y nos asestaba con un permanente nudo en la garganta a través de la trágica belleza de su discurso, hoy no hace más que levantar las risas tontas y vacilonas de un público que ya parece no tomárselo en serio. Y mejor que sea así. Triste pero real.


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