30 de Agosto del 2012 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2012
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Es lo primero que de buenas a primeras me viene a la cabeza tras asistir hoy al pase de "Superstar", lo nuevo de Xavier Giannoli, quien nuevamente articula una fábula social que apunta directamente a la crisis de identidad a la que ya disparaba acertadamente en su anterior y poderosa “Crónica de una mentira”, sin duda, la cima de su carrera hasta la fecha. Una cima que “Superstar” tampoco ha logrado encumbrar a pesar de sus innegables encantos. El primero y principal, apunta a taquilla, y lo hace orquestrando una corrosiva (aunque también concurrida) odisea que nos lleva a los más bajos fondos del celebritie, con el protagonista de “Bienvenidos al norte” 'tratando de escapar' de “El Show de Truman”, y con Cecile de France, tan guapa como siempre, pero vestida peor que nunca. Lo dicho, aquí no hay tomate.
¿De qué va?
Un día cualquiera Martin Kazinski se levanta como cualquier otro para ir a trabajar. Al coger el metro la gente lo mira, lo señala e incluso lo fotografía y le piden autógrafos. De la noche a la mañana Martin es famoso. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?. Es lo que constantemente se pregunta. Banal, banal, banal, la palabra que constantemente se repite.
¿Quién está detrás?
Xavier Giannoli, buen amigo de filmin gracias a “Crónica de una mentira”.
¿Quién sale?
Kad Merad, compañero de batallas de Danny Boon en “Bienvenidos al Norte”, Cecile de France luciendo constantemente una cazadora peor que la otra y “Le pere de mes enfants”, Louis-Do de Lencquesaing, nuevamente como productor, aunque esta vez no de cine, más bien de televisión. Ahora es de los malos, de esos que hacen lo que sea por lograr audiencia además de poner los cuernos a su mujer. Que os suena, ¿no?.
¿Qué es?
Ellen Burstyn en "Requiem por un Sueño" (pero sin pastillas) + una rueda de prensa de Mourinho.
¿Qué ofrece?
Xavier Giannoli da continuidad a su anterior (y mejor) película con “Superstar”, una propuesta que en Venecia parecía destinada a ocupar el exitoso lugar que “Reality” tuvo asignado en el pasado Festival de Cannes. Teniendo en cuenta que Matteo Garrone se encuentra entre el jurado, podría apuntar a mismo premio, aunque visto lo visto, creo que su triunfo se ceñirá a taquilla, que no es poco en los tiempos que corren.
Y si de alguna forma "Superstar" guarda ciertas similitudes temáticas con el último film de Garrone, también el cine de Giannoli presenta similitudes con el cine de otro capo como Paolo Sorrentino, que se articula a través de la carismática construcción de un protagonista cuya crisis de identidad podríamos equiparar a la que sufre el hermético Titta Di Girolamo en “Las Consecuencias del amor”. ¿La gran diferencia?. Ni tiene la impronta esteta de Sorrentino, ni el personaje de Kad Merad llega nunca a interesarnos, ni tampoco a intrigarnos, tanto como el de Toni Servillo (por más que Ramon Cluzet si le hiciera sombra en “Crónica de una mentira”).
Pero no todo queda en jarabe de palo. A su favor, destacar que el hiperrealismo que constantemente caracteriza “Superstar” se percibe más real que nunca, contraste que dice mucho a favor del tratamieno que el realizador francés le imprime al film, pero también poco de una sociedad pública y constatadamente enferma, cuyas mismas patologías ya se nos habían diagnosticado con propuestas pioneras y originales como “El show de Truman” o "Concursante", ejemplos cuya trama transita lugares mucho menos comunes y predecibles que las que merodea un "Superstar" cuyos destellos de ironía, sorna y capacidad autocrítica (por una vez los franceses triunfamos en algo… ) no alcanzan el 'apocalipsis' esperado tras la extrema decadencia a la que llega la involuntaria fama que de golpe porrazo sacude la vida de Martin Kazinski. Pues eso, que aquí no hay tomate.