Al mismo tiempo que los admiradores y fans de Terrence Malick siguen siendo numerosos, su actitud mercurial, su (extremadamente) intuitiva realización y el libre albredío que él, y solamente él, se aplica en la edición de sus películas, también se ha ganado detractores que con "To the Wonder" encontrarán la excusa perfecta para soltar lastre atentando contra un artefacto que tiene a Ben Affleck, Olga Kyrulenko,Javier Bardem, veinticinco puestas de sol, y como no, nuestro señor, todo poderoso, entre sus ilustres, o mejor dicho, fatídicos, protagonistas. Y con esta tripulación a bordo, este supuesto itinerario hasta la maravilla significa el mayor despropósito de Terrence Malick hasta la fecha, y esperemos, el de toda su carrera.
¿De qué va?
De amor y religión. El conflicto amoroso, las dudas, los sentiminetos, y como no, la fe, son los invitados estrella a la fiesta de Terrence Malick en la que Neil, un suerte de geólogo-constructor (nunca sabemos exactamente a que se dedica) se enamora apasionadamente en París de una mujer francesa con la que, junto a su hija, deciden venirse a Oklahoma. La cosa no saldrá todo lo bien que quisieran y las idas y vueltas comienzan a sucederse con des(encuentros) amorosos poco afortunados.
¿Quién está detrás?
Un irreconocible Terrence Malick.Y no irreconocible por lo de siempre, es decir, por no aparecer, sino por presentar una peli de menos de 2 horas de duración y 2 años de montaje (algo que no acontecía desde "Malas Tierras") y por encontrarse rodando "Knight of Cups" con Christian Bale o planificando "Lowlife" con Ryan Gosling al mismo tiempo que prepara un documental para salas Imax ("Voyage of time"). ¿Qué pasa de repente con Terrence Malick? De desaparecer durante más de una década a aparecer hasta en la sopa...por no mencionar los rumores que en su momento le situaron como candidato a dirigir "Green Lantern 2". ¿Se adelantaba el día de los inocentes?. Vista "To the Wonder", no se yo...
¿Quién sale?
El galán de Terrence Malick es Ben Affleck, de Ede París se trae Olga Kurylenko, y en Oklahoma se lía con Rachel McAdams. ¿Y Javier Bardem? interpreta a un cura (no podía ser otro) en el peor papel de toda su carrera. Que dios nos coja confesados, y eso que Ben Affleck no media palabra... menos mal. Y a pesar de participar en el rodaje, la presencia de Rachel Weisz, Barry Pepper, Michael Sheen y Amanda Peet brilla por su ausencia.
¿Qué es?
Hay quien podría dar con la fórmula El Árbol de la Vida + Two Lovers, o hay, quien simplemente, podría definirla como "El arbusto del amor".
¿Qué ofrece?
Sí, "To the Wonder" llega hasta el infinito...y nada más. Malick vuelve a poner en liza misma grnadilocunecia, mismo carácter poético y una divinidad aún mucho más latente, para centrarse, esta vez, en la esencia y significado del amor. Y lo hace como excusa para volver a poner en liza ese inconfundible dispositivo formal abanderado por toda la divindad religiosa, que en cierta forma, ya empapaba el árbol de la vida.
Y pese a sus indiscutibles similitudes, lejos queda "To the Wonder" de su anterior genialidad, una película llamada hacer historia que en toda su grandeza trataba de dar respuesta a cuestiones universales partiendo desde conflictos completamente personales como resulta la pérdida de un hijo. ¿Qué somos? ¿quiénes somos? ¿dónde vamos? ¿qué hacemos? Cierto es, puede que a ratos tirara del sermón eclesiástico, puede que a momentos se rigiera por las leyes de la naturaleza, o que, simple y llanamente, partiera del contradictorio carácter humano. ¿Divinidad, espiritualidad o ciencia? Una duda universal cuyo inabarcable carácter filosófico se traducía en las abrumadoras imágenes y la hipnótica banda sonora de un "árbol de la vida" que tenía el descaro de comparar paralelamente la vida y existencia de una familia, de la infancia y del matrimonio, con la creación del universo y la evolución de la raza humana. Ridiculez o genialidad, el caso es que la monumental historia de la vida (humana y no humana) mostrada por Terrence Malick también significaba la evolución del cine contemporáneo a gran escala, y simplemente por ésto, ya era una gran noticia.
Lamentablemente, no es el caso de "To the Wonder", una película, precisamente, sin vida, repetitiva, presa de una grandilocuencia discursiva cuya reflexión, nunca evoluciona, ni emociona, ni logra profundizar en su carácter íntimo como pretende. Ni tan siquiera su arriesgado dispositivo formal, el constante movimiento de una cámara incrustada a unos personajes que apenas dialogan (prácticamente toda la película transcurre a través de una poética, eso sí, voz en off) ni su estimable intencionalidad sensorial, logran librar a "To the Wonder" de un desastre perfectamente plasmado en el papel de un bizarro y beatificado Javier Bardem. Lo dicho, al menos, que Dios le coja confesado para sus próximos trabajos con dos titanes de la talla de Christian Bale y Ryan Gosling. Veremos que cuentan, porque lo que es "To the Wonder"...me quedo con mi 'fe' en Ulrich Seidl.